sábado, 17 de mayo de 2014

Conchita y Vladimir

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Así se lo han puesto a Vladimir Putin y parte de la santa y viril Rusia con el festival de Eurovisión. La indignación causada porque haya ganado Conchita Wurst (cuyo apellido, si mi alemán no me falla, significa "salchicha", "embutido"), un personaje que combinaba traje de noche y barba tupida, no tiene límite y lanza a Rusia a una nueva cruzada por rectificar el camino a la perdición de una Europa decadente. Los resistentes prorrusos de Ucrania tienen un argumento más: ya no quieren ser invadidos ni gobernados por imperialistas, fascistas y encima gais. ¡Oh, Europa!, ¿dónde vas?
El diario El Mundo nos ofrece las reacciones políticas que ha causado la victoria austríaca en el Festival:

La barbuda Conchita Wurst se ha convertido en la persona más odiada en Rusia desde su aplastante triunfo en la última edición del Festival de Eurovisión. Su victoria ha causado tanto revuelo en el país soviético que las autoridades nacionales, encabezadas por Vladimir Putin, han empezado su cruzada personal para abandonar el certamen y crear su propio festival. Este nuevo evento, que llevaría por nombre "The Voice of Eurasia", pretendería reunir a todos los países de la zona soviética, así como a aquellos pertenecientes a Asia que quisieran participar. El motivo es simple. Rusia no puede tolerar ni una manifestación homosexual más delante de sus narices.
Tras la victoria de Austria, Valery Rishkin, diputado del Parlamento ruso, ha pedido al Gobierno que Rusia abandone el concurso. "Los resultados del último Eurovisión son el colmo. Tenemos que abandonar este concurso inmediatamente, ya es hora de que dejemos de aguantar esta locura", declaro Rishkin. Según el parlamentario, Rusia invierte un total de 40 millones de euros en Eurovisión, una cifra del todo desorbitada, contando que países como España dedican un presupuesto que ronda los 400.000 euros anuales.*


El Festival de Eurovisión se cuela en la Rusia homófoba de Putin. Debe ser una inmensa frustración para gobierno que ha hecho de su intransigencia virtud. Les da igual toda la corrupción que atesoran dirigentes y mafiosos, todos ellos recios y viriles. Lo importante es transmitir esa "moralidad" de las estepas que Vladimir expresa cuando recorre los campos a lomos de su corcel, con el torso desnudo.
Me imagino que los países que participan en Eurovisión limítrofes con Rusia estarán intranquilos porque Moscú no se anda con bromas e igual que te confisca territorio para integrarlo en su Rusia de toda la vida, te obliga a participar en ese "The Voice of Eurasia" que promete musical y coreográficamente volver a la época (nunca abandonada) de los Coros del Ejército Ruso. Podrían sumarse algunos países que no le van a la zaga en esto de la homofobia y crear un macrofestival internacional con el nombre de "La voz de la intransigencia" para el que seguro ya tendría peticiones inmediatas.


Los amigos de Rusia suelen compartir maneras y fobias. Euronews nos trae las manifestaciones en Irán contra las mujeres que han decidido mostrar su pelo a través de las páginas de Facebook. Se toman fotos en lugares públicos —instantes de libertad, destellos de desafío— y luego las cuelgan en una página que recoge un espacio virtual, muy diferente al real, pero el ser humano es un ser simbólico y puede soñar y sobrevivir en las islas de su imaginación. Lo mismo hacen en Arabia Saudí las mujeres conductoras colgando sus vídeos al volante, un desafío a lo más retrógrado.
Mientras tanto, en un rincón de la Galia, los estudiantes de un instituto han tomado una decisión para combatir el sexismo. Nos lo cuenta Euronews:

Una campaña de un colectivo de estudiantes de secundaria de la ciudad de Nantes está provocando una auténtica tormenta social y política en el país. Lo que esconde la falda (Ce que soulève la jupe), es el lema de esta iniciativa que pretende combatir la discriminación por razón de sexo dentro y fuera de las aulas.
“He pensado vestirme con una falda no era un gran esfuerzo, es para una buena causa, estoy orgulloso”, decía uno de los estudiantes.
Diversas organizaciones conservadoras, como las críticas con el matrimonio homosexual (Manif pour tous), han censurado la acción de los estudiantes que sus promotores defienden a falda y espada: “Constatamos que en muchos institutos de nuestra región se registraban comportamientos sexistas, discriminación, esto nos hizo plantearnos la posibilidad de hacer alguna cosa, de reaccionar contra esto a nuestro nivel”, explicaba Arthur Moinet, alumno del instituto Gabriel Guist’hau de Nantes. Otra estudiante comentaba: “El sexismo no es algo que sólo afecte a las mujeres, no se trata de feminismo. Es una lucha diaria también para los hombres, porque ellos también pueden ser víctimas”.** 


No sé qué le parecerá a Putin que los estudiantes franceses de Nantes se pongan falda. La falda de los estudiantes del instituto, como ellos mismos señalan, es un acto reivindicativo contra el sexismo de la misma forma que la actuación de Conchita Wurst, el personaje de drag barbuda de Thomas Neuwirth, es también un acto reivindicativo contra la intransigencia creciente en muchos lugares. La felicidad que manifestaba en las entrevistas televisivas nuestra representante en Eurovisión, Ruth Lorenzo, porque hubiera ganado Conchita va más allá de lo musical y competitivo. "Que se enteren de que en Europa somos libres", ha dicho. Ha ganado Austria, sí, pero también ha sido una demostración general de tolerancia por la vía del voto telefónico, una manifestación espontánea de deseo de convivencia y liberalidad.


Si los alumnos de Nantes han decidido ponerse falda sin temor al ridículo, como un acto valiente de denuncia del sexismo, Conchita Wurst lo hace como un ejercicio de afirmación de la diferencia frente a los que viven de la uniformidad impuesta, de los prejuicios culturales transformados en presuntos genes.
Ahora que estamos preguntando y cuestionando Europa, es buen momento para preguntarnos por los espacios y las ideas, por los que admiran a Putin y sus maneras (como el británico Farage); por los que se van del Festival por motivos confusos, como Turquía que tiene su festival de Turkivisión desde 2013 y cuya página oficial de Facebook acumula la apabullante cifra de 316 "me gusta", que no sé de quién son, con la excepción del de Erdogan y de su asesor futbolístico pateador de manifestantes. También protestó por la presencia de Conchita Wurst en el Festival, Bielorrusia, cuyo presidente todavía pregunta por Stalin cuando llama al Kremlin, ¡la costumbre! Bielorrusia también participa en el festival de Turkivision, lo cual es muy apropiado, porque Dios los cría y ellos hacen coros.


Los silbidos a las representantes rusas durante su actuación (ellas no tenía culpa de nada) y los que se escucharon cada vez que alguien daba votos a Rusia estaban dirigidos directamente a Vladimir Putin y a su política intransigente y agresiva para con el que se le ponga por delante. Putin ha pasado de ser "el más influyente", según Forbes, a ser el más despreciado por amplios sectores civiles que no aprueban su forma de ver el mundo (que es cosa suya) y de imponérselo a los demás (que ya es cosa de todos). Los discursos de Conchita Wurst nos resultan mucho más atractivos que los de Vladimir, que son los de siempre, casposos e intransigentes. Las primeras sanciones a Rusia se las pusieron los bares gay de todo el mundo en su campaña contra el vodka ruso. Como todo forma parte de la misma mentalidad autoritaria e intransigente, llegó lo de Ucrania y la anexión de Crimea. Son cosas distintas, pero todas están en la misma cabeza. Será por algo.
El diario El Mundo nos da detalles del enfado ruso:

"No hay límite a nuestra indignación. Es el fin de Europa. Esto es ya salvaje. Ellos ya no tienen hombres o mujeres, tienen cosas", declaró a la televisión Vladimir Zhirinovsky, un político nacionalista.*


Pues, mira por donde, en Europa, las "cosas" tenemos derechos y respetamos los de los demás. Algunos rusos viriles han iniciado una campaña contra Conchita afeitándose las barbas y colgando las fotos por la red, algo realmente absurdo pero que da cuenta del grado de estupidez que se puede llegara a alcanzar. "La definición clásica de democracia no tiene nada que ver con mujeres barbudas sino con el liderazgo del pueblo"***, ha señalado un genio ruso que se encuentra entre los sancionados por lo de Ucrania. La "definición clásica" tampoco dice nada de las caras afeitadas, pero sí dice algo de invadir los pueblos vecinos o de apalear a los que no son como a ti te gusta dentro de tu propio pueblo. Debe haber consultado viejas traducciones soviéticas sobre la "democracia clásica". 


La pitada a Rusia es una batalla en el campo de la opinión pública donde Putin se está quedando solo o con amigos tan poco recomendables que mejor dejarles de lado. Sin duda, me quedo con la diversidad y respeto demostrada y con la demostración de los estudiantes del instituto francés que con el espectáculo cotidiano de intransigencia y autoritarismo que Rusia da al mundo. Lo siento por los rusos que piensen de otra manera a la oficial, porque tienen la vida complicada. Rusia avanza hacia un brillante futuro retrógrado. Europa no es un camino de rosas y ha habido también sus detractores y sus manifestaciones de intransigencia, con las que hay que tener cuidado y evitar que se extiendan los admiradores de las maneras de ejercer la santidad y el populismo nacionalista de Putin. Cada vez son más los que usan la intransigencia como arma recortando los derechos de todos. Por eso el resultado del Festival, con Conchita al frente, es una cierta victoria colectiva de una forma más libre de pensar porque ha vencido a los prejuicios, incluidos los de la conservadora Austria, donde también surgió la polémica o los que se oponían a la iniciativa de la falda en Nantes. Pero no son las polémicas lo que hay que temer, sino la intransigencia, que acaba, como en Rusia y otros países, buscando una sola voz y anulando las demás. Se puede discutir sobre lo común, pero los derechos individuales son innegociables y es ahí donde campa la intransigencia del sexismo, la violencia religiosa y demás enfermedades sociales.
Esperamos con ansiedad ese próximo Festival que nos prometen en el que Rusia recibirá aplausos con cada voto amigo (que serán todos, ¡cualquiera no les vota!) y en el que los cantantes serán de una pieza, vistiéndose cada uno por donde debe, sin sombra de ambigüedad.



* "El triunfo de Conchita Wurst desata la furia de Rusia" El MUndo 17/05/2014 
http://www.elmundo.es/loc/2014/05/17/5376298ae2704e6b208b457d.html
** "Falda para todos contra el sexismo en Francia" Euronews 16/05/2014 http://es.euronews.com/2014/05/16/falda-para-todos-contra-el-sexismo-en-francia/

*** "Rusia se afeita contra Conchita Wurst" El Mundo 15/05/2014 http://www.elmundo.es/internacional/2014/05/15/5374f8d0ca4741d04a8b457c.html







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