lunes, 31 de marzo de 2014

El jefe psicópata

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
BBC Mundo nos lanza una pregunta retórica desde un titular provocativo: "Cómo trabajar cuando su jefe es un psicópata". A través de la consulta a una serie de investigadores, psicólogos especializados en este campo, trata de explicar el comportamiento de los jefes tiránicos y dar algunos consejos a los que tienen la mala suerte de estar bajo la bota feudal de estos elementos.
Tenía la sospecha de que la elección de personas para ciertos puestos, llamados de "responsabilidad", se regía por criterios muy distintos a los que los libros sobre liderazgo suelen presentarnos. Puede que esa sea la imagen que a uno le gustaría tener, pero desde luego no es la que se ve en la mirada de terror de sus subordinados.
La proliferación de comportamientos psicopáticos en el trabajo tiene que ver, me imagino, con un complejo conjunto de factores, pero —por pura lógica— el más destacado debe ser la escasez del empleo y su precariedad, es decir, la inseguridad del trabajador. Saber que el otro no puede contestarte es una forma perversa de autoridad en la que muchos se recrean. Cuenta el déspota con el miedo de los que tienen poco margen de defensa y aguantarán lo que les echen. 


La BBC los llama "tiranos corporativos". El "estilo de dirección", por llamarlo de alguna manera, que caracteriza a estos esforzados directivos —nos dicen que se dan especialmente en el sector financiero y bancario— forma parte de un conjunto de rasgos psíquicos que no se aprende solo en los libros y cursillos. Es un repertorio de habilidades y rasgos psíquicos específicos. Son una mezcla enfermiza de Maquiavelo y Narciso:

La investigación está empezando a identificar rasgos que ya no se consideran simplemente desagradables y perjudiciales, sino que tienen carácter psicopático, según sugieren los expertos.
La lista clínica de rasgos psicopáticos comunes -que incluyen la falta de remordimiento, la amabilidad que puede aparecer y desaparecer sin previo aviso, el egocentrismo, la mentira, la capacidad de manipulación, la impulsividad y la pobreza emocional- predominan entre las personas que se sienten atraídas por puestos de poder.*


Hace mucho tiempo que empecé a anotar mentalmente los rasgos de sus jefes que me contaban amigos y conocidos. Me llamaba la atención cierto patrón en el comportamiento. En muchos de ellos se daban los rasgos psicopáticos que señalan los investigadores. En empresas grandes, se manifiesta con cierta frecuencia. La duda que me surgió entonces es si se trataba de una casualidad, de una extraña coincidencia, o de la tendencia a escoger un tipo de jefe con pocos escrúpulos morales, cero en ética, manipulador, y que veía a sus subordinados como personas que podrían crearle problemas con "los de arriba" si no cumplía con sus objetivos. Sus subordinados, por decirlo así, son el obstáculo en su promoción dentro de las empresas. Desde esa mentalidad, la vigilancia, el acoso, las fobias, etc. llegan pronto.


Hoy no tengo ninguna duda de que ese perfil psicopático es elegido para ponerlos al frente de grupos con el convencimiento de que van tener mano dura en el cumplimiento de los objetivos y normas que se les señalen. Son personas que se sienten atraídas por el poder, como se apunta en el reportaje. Buscan las posiciones que conllevan poder real y lo ejercen con creces. La BBC recoge que puede haber un 1% de la población con esos rasgos psicopáticos que llevan al abuso.


En estos tiempos relativistas, lo bueno o lo malo —parece— depende de donde estén colocados. El reportaje de la BBC señala, siguiendo la opinión de los expertos, el papel que esta gente tiene cuando se le coloca en el sitio adecuado:

Existe, sin embargo, algún aspecto de la crueldad en la oficina que puede tener algunos beneficios.
Aunque estos líderes causan miseria y destrucción, "aquellos que pueden frenar sus tendencias a ignorar las reglas de la sociedad cuentan con una gran ventaja -señala [Oliver] James-. Si uno no se preocupa por los demás, como sí hace la mayoría de las personas, es más libre y puede pensar de manera innovadora".

Los denominados "psicópatas altamente funcionales", que no suelen representar una amenaza física para sus compañeros, pueden ser muy eficaces en algunos entornos corporativos, ya que no sienten ningún remordimiento por despedir al personal ni por atribuirse los méritos que corresponden a otros, al mismo tiempo que son capaces de achacar sus propios fracasos a errores inventados y ajenos.
"La codicia es conveniente en una economía globalizada, donde se necesitan personas en las altas esferas que sean despiadadamente crueles", dice James, sobre todo cuando se trata de tomar decisiones de negocios cruciales como los recortes de personal.
Pero esa misma crueldad, si no se controla, conlleva un alto riesgo: podría causar "que la empresa sufra una debacle".*

La teoría parece sencilla: el 99% de las personas necesita de un 1% de psicópatas sin ningún tipo de escrúpulos o empatía que las azucen. Como se nos dice, "pueden ser muy eficaces en ciertos entornos corporativos". Necesitamos personas sin remordimientos para que puedan despedir a otros. Me imagino que en la Alemania nazi se plantearon cuestiones así con la Gestapo. 
Oliver James, en su obra Office Politics: How to Thrive in a World of Lying, Backstabbing and Dirty Tricks, ha calculado la cifra para Reino Unido: "[...] there are 600,000 psychopaths in Britain. Only 15,000 of them are in prison, which means you could well be sitting next to one. Perhaps you are one."** Esperemos que no sea así.
La ideología tecnocrática necesita de desalmados, es decir, de personas sin alma. Da igual que usted crea o no en el alma; es una cuestión semántica, no teológica. Un desalmado es un desalmado y usted lo nota enseguida. Lo peor de todo ello es la legión de aspirantes a desalmados que buscan suceder a aquellos que los maltratan yestafan. Unos son vocacionales y otros víctimas del "síndrome de Estocolmo", pero todos deseos de cambiar de bando.  
Dice Oliver James: "Los psicópatas saquean corporaciones enteras. Juegan con nuestro dinero y luego acuden al Estado para que los rescaten". Sí, pero mientras sean beneficiosos para alguien —o nadie les frene— estarán ahí. 


* "Cómo trabajar cuando su jefe es un psicópata" BBC Mundo 30/03/2014 http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/03/140327_economia_empresa_jefe_psicopata_vp.shtml
** "The psychopathology of office politics" Spiked 28/03/2013 http://www.spiked-online.com/newsite/article/13490#.UzkPO_l_sdg





domingo, 30 de marzo de 2014

Municipales, de Francia a Turquía

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Los resultados de las elecciones municipales que se están celebrando hoy en Turquía y Francia tienen carácter ambas de plebiscito más allá de las alcaldías. Parece un signo de estos tiempos electorales sacarle interpretaciones a los votos más allá de los resultados reales. En Francia las elecciones se ven como un referéndum sobre François Hollande y en Turquía sobre Recep Tayyip Erdogan, si bien por motivos muy distintos. Al presidente francés se le acusa de no haber cumplido sus promesas electorales y no haber cambiado el rumbo acoplándose a las circunstancias, mientras que la acusación contra Erdogan va mucho más allá y abarcan desde escándalos de corrupción de sus ministros y acusaciones contra él mismo, las depuraciones políticas de Policía y Judicatura, la promulgación de leyes contra las libertades como el "cierre" de Twitter y YouTube, declarado ilegal por los propios jueces turcos. A Hollande se le puede acusar de equivocarse, pero lo de Erdogan va mucho más allá.


Lo más preocupante del resultado de las elecciones municipales francesas es que el castigo a la izquierda dé alas a la extrema derecha del Frente Nacional y vaya introduciéndose en distintos ámbitos desde los que ir ampliando su influencia. Hasta el momento, los partidos "republicanos" estaban de acuerdo en que el Frente era un mal ante el que había que tomar medidas. Esta vez la derecha francesa prefiere un claro descalabro de los socialistas para avanzar aunque esto signifique una ventaja para los nacionalistas franceses. La jugada es arriesgada, sobre todo por la proximidad de unas elecciones europeas en las que el crecimiento nacionalista en diversos países puede plantear serias dificultades al proyecto europeo, objetivo al que se dirigen todas las miradas. El Frente Nacional tiene tanto interés en hacerse con los municipios que le puedan caer como en boicotear las instituciones europeas. Son las dos caras complementarias de su programa. Usará ambas como forma de captación creciente de votos. Si Europa no es capaz de avanzar como proyecto, los nacionalistas irán avanzando y tomando posiciones. Su estrategia, como la de otros, es eliminar el bipartidismo y alcanzar la fuerza suficiente como para que se le requiera en la "gran batalla", la de los grupos mayoritarios.

Las declaraciones que comentamos el otro día de Marine Le Pen eran, dentro de su retórica, muy claras en un punto: derecha o izquierda les da igual, se aliarán con aquellos que defiendan la idea de "nación". Eso significa que el "Frente Nacional" es realmente, por si había dudas, un frente "antieuropeo". Debería ser un aviso para los "europeístas", una advertencia de que el proyecto europeo requiere de una implicación más activa frente a lo que se está movilizando por distintos países. Que los nacionalistas busquen una "alianza europea antieuropeísta" no debería verse como una paradoja, sino como un ejemplo de que el enemigo contra el que luchan está más definido y accesible para desacreditarlo, la difuminada "Europa". Mientras Marine Le Pen se rodea de himno, bandera y da mítines bajo la estatua de Juan de Arco, los partidarios de Europa son entes difusos. A los "nacionalistas" les resulta fácil hacer una caricatura de Europa en la que centran el origen de todos los problemas. A los europeístas, en cambio, les resulta extraño enfrentarse a la retórica emocional nacionalista; solo se enfrentan a ella cuando les supone un problema electoral. Y esto tiene un coste.
Las elecciones municipales en Turquía tienen también una gran trascendencia. Turquía es un claro ejemplo de conflicto entre dos mundos en una misma superficie. Una democracia puede funcionar bien cuando lo que se pone sobre el tablero son decisiones que, aunque nos parezcan muy diferentes, mantienen una estabilidad general, la del sistema. En Turquía no se enfrentan los partidos sino dos formas diferentes de concebirse como sociedad. Cada una de esas visiones afecta a la otra parte, pues la incluye.

Las posibilidades de erosión de la figura de Erdogan y de su partido tienen un límite: el islamismo. Haga lo que Erdogan haga, siempre podrá apelar a algo que le trasciende y con lo que motivar a los electores, el elemento religioso. Las tácticas islamistas, una vez que obtienen el poder, implican la transformación social para convertir su base electoral en base social. Esto implica que el islamismo se extiende como "normalidad" desde las instituciones del estado modelando las costumbres y las mentes. El "islamismo" no es un partido político compitiendo por la alternancia en el poder; es más que eso. Es una estrategia para llevar a la sociedad hacia un punto determinado, el de la fusión del estado con la religión, que es de donde emanan las leyes. En un estado islámico la religión no se convierte en algo privado sino que se extiende para cubrir lo público y regirlo.
Desde el punto de vista político, la erosión de Erdogan tiene el límite de la islamización social. Los que vean que el avance de sus oponentes implica una pérdida de influencia islamista, seguirán votando a Erdogan pues lo verán como una cuestión religiosa y no estrictamente política. En el pensamiento islámico, lo político no es algo aparte, sino que está supeditado a lo religioso. Por eso Erdogan puede hablar de conspiraciones, porque siempre se presentan como un objetivo al que las fuerzas del mal tratan de derribar. Son los enemigos los que garantizan lo correcto de sus acciones. Si son atacados, es el razonamiento, es que lo hacen bien. El interés de los gobiernos autoritarios en mostrarse como víctimas de una conspiración es siempre el mismo, la garantía de su verdad. Este planteamiento paranoico suele surtir efecto en unos electorados polarizados a los que se les convence de que con su voto está manteniendo el mandato divino. El islamismo funciona siempre de la misma manera, de Egipto a Turquía.


La preocupación que manifiestan muchos ciudadanos turcos es la misma: ¿qué ocurrirá si Erdogan, tras sus actuaciones autoritarias, sale de nuevo reforzado de las elecciones municipales? Hacen bien los ciudadanos turcos en temer lo que pueda ocurrir tras las elecciones municipales. La fragmentación de la oposición turca favorece a los que se agrupan bajo la bandera religiosa islamista. Los habrá que aplaudirán su autoritarismo pues lo percibirán como una forma piadosa de enfrentarse a las fuerzas oscuras del ateísmo.

Nos dicen que la popularidad del presidente Hollande es la más baja registrada desde el comienzo de la V República, en 1958. La expectativas sobre Hollande —que iba a cambiar el rumbo de Europa— se fueron diluyendo y el país dejó de tomarlo en serio. Él tampoco ayudó mucho. Si el beneficiario de su hundimiento resulta ser el Frente Nacional, Hollande habrá hecho un flaco favor a Francia y a Europa, más allá del fracaso de sus políticas. Tampoco lo habrá hecho la derecha francesa, que prefiere la revancha sobre Hollande antes que limitar el avance de Marine Le Pen y sus correligionarios. La derecha francesa piensa que siempre podrá frenar el avance de su competencia directa, el Frente, sustrayéndole partes de su discurso nacionalista o social, tremendo error que se acabará pagando caro.
Las urnas están abiertas en Francia y Turquía. Los resultados de ambas elecciones serán importantes para ellos y, en este mundo interconectado, para los demás. Lo que ocurra en Europa nos afectará siempre, de una forma u otra, en especial si una parte de los que se presentan lo hacen con un programa "antieuropeo", con el objetivo de desmontar la Unión. Y lo que ocurra en las puertas de Europa también, pues Turquía es una pieza importante en una zona cada vez más complicada desde que Rusia abrió nuevos conflictos a los ya existentes, no menos complicados.

Veremos los resultados en una horas; sus consecuencias, en mucho tiempo.







sábado, 29 de marzo de 2014

Otros economistas para otra Economía

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El corresponsal en Londres del diario El Mundo nos ofrece un reportaje sobre el movimiento desatado en la Universidad de Manchester —y su extensión a otras partes del mundo— como reacción al estatismo de la enseñanza universitaria de la Economía. En un mundo en el que predominan los discursos sobre el dinamismo y la adaptación al entorno, la innovación, etc., es la Economía misma, como materia, la que no cambia ante los ojos de los que la reciben.
Escribe Carlos Fresneda en el inicio del reportaje:

"El mundo ha cambiado, pero el programa de Económicas no ¿Ha llegado el momento de hacer algo?".
La chispa prendió en la Universidad de Manchester. Los estudiantes estaban hartos de tener que "aprender" más de lo mismo, como si no hubiera ninguna lección que extraer de la debacle financiera del 2008. Mentar a Keynes en las aulas (y no digamos a Marx) sigue siendo tabú. La única teoría válida es la economía neoclásica, aderezada con el neoliberalismo económico y con el libre mercado. Todo lo demás es anatema.*


Es comprensible la reacción de los estudiantes porque tienen razón. La cuestión va más allá de la Economía, aunque aquí pueda ser más evidente, y alcanza a casi todas las Ciencias Sociales. Su conversión en "discurso académico" aísla a la Economía en la medida en que es algo que se ofrece distanciado de lo que se pide desde fuera. Curiosamente, es un desajuste en lo teórico entre la "oferta académica" y la "demanda social". Es difícil estar recibiendo de forma canónica un discurso oficial cuyas limitaciones o desajustes se demuestran unos metros más allá del aula.
No se trata aquí de una cuestión de más o menos prácticas, como pudiera ocurrir en otros campos, sino de desajuste de la Teoría respecto a la realidad observable. Sencillamente, la Teoría ha fallado. Lo que solicitan los alumnos de Económicas es lo que el historiador de la Ciencia Thomas S. Kuhn llamaría un cambio en el "paradigma" por insuficiencia o debilidad de la teoría central para explicar la realidad y su evolución. La teoría "oficial" o "normal" falla; es necesario recurrir a otras que lo hagan mejor o la complementen.
Las teorías son formas de expresar los fenómenos reales. Pueden describirlos, explicarlos, predecirlos... según los campos y tipos de teorías. La "economía neoclásica", como teoría central, no ha funcionado como debiera y los estudiantes reclaman alternativas a esa teoría central que les permita comprender y expresar mejor lo que tienen ante los ojos y actuar con otras recetas.


Parece que todo tiene su lógica y que si algo no funciona se debe cambiar por algo que funcione mejor. Sin embargo, no es así y es lo que los estudiantes denuncian. No solo se quejan de que las teorías no funcionen, sino de que lo que tampoco funciona es una universidad desconectada de la realidad, cuyos discursos van por otros caminos.

Los estudiantes denuncian la existencia de una "burbuja académica" donde se perpetúa la enseñanza de la economía "neoclásica" por los siglos de los siglos, con la exclusión de todas las teorías que vinieron antes y después en la historia... "Y aunque es cierto que la Universidad se ha mostrado receptiva ante nuestras demandas, no vemos al final indicios de un cambio real, ni una voluntad de poner al día el currículo".*


Puede parecer una paradoja que un campo tan conectado con la realidad como es la Economía pueda ser acusado de vivir en una "burbuja". Sin embargo no hay paradoja y sí una consecuencia lógica del propio funcionamiento académico cuyos objetivos no son solo la "comprensión de la realidad" a través de la ciencia económica, sino su propia organización y promoción interna. El dinamismo que se reclama fuera se niega dentro. La adaptabilidad que se teoriza para la supervivencia en los mercados, se contradice con acciones limitadoras en las especialidades, fuera de las cuales no es posible navegar, bajo pena de sanción, y un sinfín de constricciones que evitan los cambios. 

La sociedad académica está prisionera de su propia rigidez y es eso con lo que los alumnos de Manchester y de otras universidades se encuentran. Los profesores pueden tener buenas intenciones en el plano personal, pero en el institucional son celosas víctimas de su propio currículo. A diferencia de lo que puede ocurrir fuera, en el mundo de la actividad económica, el académico se encuentra rigurosamente acotado, parcelado, por lo que es difícil salir de su propia rigidez. Es el propio sistema el que ha generado este anquilosamiento, pues actúa como una sutil forma de dirección externa a través del control de los méritos, decidiendo en cada momento lo que es aceptable (evaluable) y lo que no. Esto acaba generando una falta de sentido del riesgo (otra virtud empresarial) y de la creatividad (otra más) realmente notable y, por supuesto, suicida para el propio conocimiento y la universidad misma.
En el reportaje se señala:

"El reloj de la historia está marcado las horas, y se espera que haya una respuesta por parte de los académicos de Económicas", advierte Diana [García López] a título personal (insiste). "Muchos profesores reconocen también que se sienten también atrapados por las limitaciones que les impone el currículo... Creo que ha llegado el momento de mirar más allá de la burbuja académica, bajar del torreón y reconectar la disciplina económica con sus raíces: la sociedad a la que se supone que tiene que servir".*

La cuestión es que esa "burbuja" no es una frágil membrana sino una sólida cárcel que el académico se construye con sus propios ladrillos siguiendo los planos de la cárcel que se le facilitan. Que muchos entonen desde el fondo de su celda cantos lúgubres no es consuelo ni solución. Hoy por hoy, salirse del camino marcado en el ámbito académico es una azarosa aventura en los márgenes que puede reportar grandes satisfacciones personales e intelectuales, pero que quedan fuera de la ley del reconocimiento en un mundo celoso de las décimas o centésimas de los demás. Es así, simplemente. Resulta más rentable no salir del sendero, seguir la propia inercia.


Tiene razón los alumnos de Manchester al reclamar algo muy importante, la apertura de la Economía a otros campos:

"Lo que pretendemos es ni más ni menos que ensanchar el horizonte", apunta Henri Sorotos, estudiante de 21 años, con familia en Grecia que ha sufrido muy directamente los efectos de la crisis. "Y no nos basta con traer economistas, queremos también enriquecer el currículo con otras ciencias. Ya está bien de poner el énfasis casi exclusivo en las matemáticas. Unas cuantas horas de Filosofía en tres años no son suficientes. Creemos que la Economía tiene que estar arraigada en la sociedad y tiene que ser ante todo una ciencia interdisciplinar".*

Esta reclamación tiene gran importancia pues se parte del principio "técnico" de la enseñanza. Los hemos señalado en ocasiones y es algo que se comenzó a plantear en el siglo XIX: las limitaciones de la especialización provocan limitaciones en la comprensión. Puede haber sectores en los que la mayor especialización produzca un mejor resultado, pero en la Ciencias Sociales y en las Humanidades, la especialización provoca una ceguera ante la realidad. Es reconfortante escuchar a unos estudiantes de Economía decir que "unas cuantas horas de Filosofía en tres años no son suficientes". ¡Ojalá que se produjera la misma reacción en otros muchos campos! Desde el mundo académico esto se ve como una especie de colonialismo de créditos dentro de las luchas por la expansión de las materias en los currículos. Se pierde de vista lo importante, que no son los intereses académicos sino la formación de las mentes en una mejor comprensión de un universo que es cultural.


Es cierto que la pelea entre "matemáticos" y "culturales" dentro de la Economía no es nueva, pero lo que los alumnos reclaman es el aumento de su capacidad de comprensión, máxime cuando los modelos matemáticos no han sido suficientes ni para prever ni para explicar una crisis.

Hay demasiada rigidez en el mundo académico, demasiado interés propio. La vocación educativa es el complemento de la intelectual. Ambas se funden en el deseo de conocimiento para poder transmitirlo. Ese es el sentido de la universidad. Sin embargo, la propias universidades e instituciones supervisoras de la educación no suelen pasar de la retórica en este ámbito.
Los estudiantes que han creado la Post Crash Economic Society se han buscado una alternativa al estudio de la Economía para tener un conocimiento mejor de la sociedad y su funcionamiento, en busca de un currículo "crítico y pluralista". Todo lo que sea abrir posibilidades e ideas es positivo, es universitario.
En la página creada por la PCES de Manchester se buscan apoyos estudiantiles, se ofrece ayuda o otros que quieran emprender la aventura y se intenta negociar con el departamento de Economía para que amplíen sus enfoques. Desean ser otro tipo de economistas, con preocupaciones distintas y objetivos diferentes a los que creen que se han dado hasta el momento. Puede que los departamento de Economía no sean los responsables directos de las crisis económicas, pero sí de haber puesto en circulación a los economistas que no la supieron ver o predecir o que no saben encontrar recetas que no sean peores que las crisis mismas. Reclaman otros análisis y otras soluciones a las que el modelo clásico ofrece.
Su manifiesto termina con cuatro objetivos:

1) The Post-Crash Economics Society has been set up to try and broaden the range of perspectives and the teaching methods used by the Manchester Economics Department.
2) We will run a campaign to build student support and engage in dialogue with the economics department.
3) We will run events, workshops and other activities.
4) We aim to be a society that is accessible to all students and staff with an interest in economics whatever their economic and political beliefs.**


Algunos les acusan de "políticos", pero, como bien señala una de las entrevistadas, "enseñar Económicas es un acto fundamentalmente político"*. Y de eso se trata, de abrir posibilidades más allá del canon. Especialmente si el canon no ha dado la talla. Lo que es rigurosamente cierto es que dentro del sistema económico los economistas actúan con sus decisiones e interpretaciones. No se limitan a estudiarlo sino que tienen una papel activo en él. Por tanto, su formación, es decir, lo que tenga en la cabeza, su visión del mundo, es relevante. Para bien y para mal, claro.
La queja es de los futuros economistas, pero podría extenderse a muchas otras Ciencias Sociales.

* "Rebelión en las aulas de Económicas" El Mundo 29/0372014 http://www.elmundo.es/economia/2014/03/29/53341d6bca47413b388b4574.html

** http://www.post-crasheconomics.com/





viernes, 28 de marzo de 2014

La muerte de Mayada Ashraf, periodista

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Se llamaba Mayada Ashraf, tenía 22 años y era periodista. Esta muerta. Tenía los mismos años que los alumnos a los que doy clase cada día. Ayer me encontré a una antigua alumna a punto de terminar la carrea en unos meses y le pregunté qué tal le iba. Me dijo que salía de una clase sobre "agencias de prensa" y que estaba recuperándose del impacto que le había causado. Quería que aquello fuera su vida. Hablamos sobre el futuro, lo complicado que estaba. Le dije que el futuro empieza cada día, que no se cegara, que aunque se encontrara con algo muy distinto fuera, mantuviera los ideales de lo que le gustaría hacer vivos. Me acordé de ella, de lo que hablamos, cuando vi la muerte de la joven periodista egipcia. Quizá porque tenían la misma edad y probablemente el mismo sueño.
Me enteré de la noticia de la muerte de Mayada Ashraf, periodista de Al-Dostour (La constitución), un periódico independiente egipcio, mientras estaba todavía en la calle, a través de la tableta, hace un par de horas. Cuando he llegado a casa, vi la noticia en AhramOnline y después fui a su periódico, Al-Dostour. Cuatro fotos rotando nos muestran un resumen sin piedad de una vida de 22 años y una vocación. La primera nos muestra a Mayada Ashraf con su máquina digital en la mano, sonriendo; la segunda su cabeza en una charco de sangre; la tercera, su cara hinchada y la última una mujer rezando junto a unas flores que cubren el cadáver. Sus compañeros no han querido sustraer a sus lectores el destino de Mayada. la brutalidad profunda de su muerte, un caído más en la irracionalidad que está convirtiendo las calles en un caos de destrucción y muerte.
No sé cuántos artículos pudo escribir Mayada Ashraf en su vida; no sé si, en su juventud, le dio tiempo a poder contar mucho de lo que veía a su alrededor. Ella tenía dieciocho o diecinueve años cuando los jóvenes egipcios se lanzaron a la calle a reclamar un futuro, desesperados por la desidia de un régimen anestesiado por su propia degeneración. Es probable que ella también saliera a la calle a reclamar su derecho a un futuro y eligió un camino: el periodismo.
Con los años, el periodismo se puede convertir en una profesión cínica y desengañada. Pero a la edad de Mayada es una fascinante tarea, llena de entusiasmo y dedicación, de sacrificio y entrega. Es el deseo de contar lo que ocurre, como en este caso, desde el lugar mismo de los acontecimientos. Y puede volverse una trampa mortal, como lo ha sido ahora. Una bala acabó con esos sueños. A veces los sueños de los periodistas se mueren poco a poco, encanecen perdiendo la alegría; es el hartazgo de ver un mundo que no aprende. Pero aquí los sueños han muerto cuando apenas estaban despertando. No ha habido tiempo para la desilusión, que queda para los vivos.


No es fácil ser periodista en muchos lugares del mundo. Y el verdadero periodismo en casi ninguno. En Egipto es más complicado cada día. Unos matan las palabras y otros a los mensajeros. Lo que no te quita la censura, te lo quita un disparo. Hace mucho que la prensa egipcia se ha llenado de "visionarios" que recelan de los que dicen honestamente lo que ven. Unos son conspiradores, otros están vendidos. Muchos serían felices con verdades por decreto, sin discrepancias. Hay también, afortunadamente, voces valientes que saben que el único camino es el de la honestidad que saca la verdad modesta de las cosas. El periodismo no necesita de grandes verdades; solo hablar de lo que ve, decir lo que se piensa. Y allí donde más falta hace el sacrificio es mayor y se vuelve un bien escaso.
Morir en una situación absurda, como le ha pasado a Mayada Ashraf, no sirve de mucho. Ni a ella, ni a nosotros, ni a su familia, que la recordará siempre. Ella formará parte, aunque no llegue nunca a saberlo, de la larga cadena de periodistas muertos para intentar explicar al mundo lo que el mundo no quiere entender. Pero esa era la profesión que había elegido, la que le deparó la felicidad de poder escribir, de contar la locura que la rodea.
Tengo una gran admiración por algunas periodistas egipcias que tienen el valor de decir muchas cosas sensatas en un mundo insensato. Mayada Ashraf se ha quedado en el camino, pero la tendré en esa misma consideración. Descanse en paz.

¡Cuidaos!


El efecto tuit

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Cuando llevas tres semanas con la angustia de un avión perdido, de sus familias sufriendo, etc. y desde la playa te parece ver un avión sobre el agua, tu cerebro —bien intencionado— hace el resto. Llamas corriendo y dices que has visto un avión en el mar. Y ahí comienza todo. Unas cuantas llamadas más de gente que ha visto el "avión caído" y el informe visual de un avión que despega señalando que, efectivamente, un "avión" está el agua. Alguien va más lejos y precisa el tamaño del avión avistado, del que deducen el modelo —un 737— y el número de pasajeros dentro. Aunque no les salen las cuentas porque no les falta ningún avión, en algún momento alguien —ahora están discutiendo quién— pone en marcha la maquinaria: "Fue entonces, cuando el 112, según la versión de la Consejería de Economía y Seguridad canaria, publicaron en tuit informando del accidente"*. El problema es que no había ningún "accidente" sino una creíble ilusión óptica producida por la forma de un barco remolcador arrastrando una grúa. Visto de lejos, sí, parece un avión y es comprensible el error playero, mezcla de psicosis de accidente aéreo y buena voluntad colaboradora. Ahora comienza el tiempo de los reproches para saber quién confirmó lo que no era. La gente se puede equivocar; las instituciones no.

Los  responsables aéreos han concentrado su reacción en una frase digna de figurar en los anales: “No entendemos nada, nadie se ha caído, no falta nadie”*. Sin embargo, dicen, los del 112 pusieron en marcha los procedimientos de salvamento. Y lanzaron un "tuit". El País señala: "La falsa alarma tuvo una larga vida de 18 minutos". Parece poco, pero esos dieciocho minutos puede ser eternos, como lo serán las discusiones de los próximos días sobre las responsabilidades del asunto, sobre quién confirmó qué a quién. En dieciocho minutos un tuit da la vuelta al mundo varias veces, se vuelve imparable y crece como una bola de nieve. Por un tuit así te ridiculizan en medio planeta y te desprestigian en el otro medio, te señalan con el dedo y tienes que irte a desayunar a otra cafetería.
El suceso solo habrá hecho feliz a Recep Tayyip Erdogan, moralista convencido de que la mejor manera de acabar con la mentira es cortar la lengua; en este caso, cerrar las redes sociales. Sería raro que no lo utilizará como argumento en los dos mítines y medio que le deben quedar para enfrentarse al dictamen de la urnas tras una campaña en la que las redes sociales se han llenado de mensajes poco favorecedores para él.


Tras prohibir Twitter en Turquía, Recep Tayyip Erdogan ha tenido un nuevo sobresalto con la aparición en YouTube de otra grabación "comprometedora" en la que se escucha la preparación de un falso "incidente  bélico" con Siria. El Mundo nos lo cuenta así:

"Si es necesario, enviaré a cuatro hombres a Siria. Podríamos provocar un caso de guerra lanzando un misil a Turquía. Podríamos, también preparar un ataque a la tumba del Sha Solimán, un enclave turco en suelo sirio donde reposan los restos del fundador de la dinastía otomana".
Estas fueron supuestamente las palabras que pronunció Hakan Fidan, jefe de la Inteligencia turca y mano derecha de Tayyip Erdogan, durante una reunión de alto nivel el trece de marzo pasado.
Dos grabaciones de ese encuentro de secreto, en el que participaron Fidan, el ministro de Exteriores Ahmet Davutoglu, uno de sus altos cargos y el segundo jefe del Estado Mayor, han sido publicadas en la página web del periódico Cumhuriyet a media tarde del jueves.
En la cita, los presentes presuntamente debatieron cómo poder forzar una acción armada en Siria y sus consecuencias militares.**


El enfado de Erdogan por la salida de esas informaciones se traduce en sus habituales reacciones: ha hecho clausurar el acceso a YouTube. Los jueces turcos le han dicho que es ilegal la clausura de Twitter, pero en Turquía —como en algunas otras partes del mundo— las órdenes van a la velocidad de la luz mientras que las contraórdenes llegan a paso de tortuga. Twitter y YouTube se desconectan en cuestión de segundos pero siempre habrá problemas técnicos para poner el enchufe en el mismo sitio. ¡Misterios de la tecnología! Menos mal que los turcos, como los ciudadanos de otros lugares, tienen muchas posibilidades de burlar la prohibición, que lo único que consigue es que Erdogan quede en evidencia con sus malos modos de censor autoritario.
Euronews nos trae las palabras del propio Erdogan, afónico tanto mitin o de gritar en los despachos, reconociendo la filtración:

—“Hubo una reunión en el Ministerio de Relaciones Exteriores sobre nuestra seguridad nacional y la han colgado en YouTube. Esto es malvado, es una falta de honradez”, gritaba Erdogan con la voz rota ante miles de seguidores en un mitin de su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).***


Creo que nunca ha habido una confirmación más tonta de una reunión secreta. Pero Erdogan, además de la voz, ha perdido la capacidad de pensar con claridad ante tanta conspiración dentro y fuera de su país, ministerios y domicilios. Si realmente se quería bombardear para justificar una intervención, Turquía tiene un problema mayor que Twitter o YouTube.
La velocidad y cobertura con las que hoy nos manejamos hacen que todo sea mucho más difícil de controlar y de verificar. En ocasiones, una vez puesto en marcha, puede llegar a ser imposible de detener. Y eso vale para un tuit que "confirma" un accidente que no se ha producido o para unas conversaciones comprometedoras del primer ministro turco y sus familiares y allegados. Esta vez el propio Erdogan ha dicho que se han colgado conversaciones. El tuit canario no era un "rumor"; era un "erróneo mensaje oficial". Salió del 112. Habrá que revisar las actuaciones, pero lo importante es si el sistema funcionó desde el punto del error aunque fuera una falsa alarma. Los mecanismos de actuaciones de urgencia tienen siempre ese inconveniente, al acortarse los tiempos disponen de menos para verificar, que no es su función, una vez puesto en marcha. Los periodistas, por ejemplo, se quejan de lo mismo: es más fácil equivocarse al no tener prácticamente tiempo para verificar. La información te llega a ti instantánea, pero a ti te cuesta llegar hasta su origen.

El mundo se nos ha convertido en un espacio pequeñito por la velocidad y la extensión de las comunicaciones. Pensar que podemos manejar todos los flujos de información que producimos es ingenuo. Estamos haciendo protocolos para funcionar como máquinas, pero es una ilusión. Al convertirnos en una "sociedad red" global, el alcance de las informaciones es la totalidad de la red, que puede ser recorrida de forma casi instantánea. Por ella circulan "verdades", "rumores", "errores" y "falsedades". Unas nos gustan más y otras menos.
Erdogan ha tomado como excusa para cerrar la red las denuncias de unos cuantos ciudadanos contra las difamaciones que habían sufrido por terceros. Los mismos denunciantes han dicho que ellos no querían que se cerrara Twitter, solo que dejaran de circular los mensajes que les afectaban. También eso puede ser un empeño imposible, pues la red está diseñada para que circule la información no para evitarlo. Pero él ha aprovechado para matar al perro. Pero no sé si eso acabará con la rabia turca que provoca cada nuevo tuit o vídeo.


Los efectos de un simple tuit son de tipo "caótico", casi un efecto mariposa. Unas cuantas palabras pueden crean un tsunami electoral y llevarse por delante a Recept Tayyip Erdogan. Un tuit sobre un accidente que no existe tiene su origen en las llamadas de los que creen ver un avión donde no hay más que un remolcador con una grúa y alguien tiene que elegir entre lo que le dicen de AENA y los que le llaman de la playa. En instantes, se movilizaron todos, incluida la ministra Ana Pastor que se encontraba en las islas. Todo muy eficaz, pero no había nada que rescatar afortunadamente.
Creamos los canales para que la información circule, pero eso no nos salva de nuestros propios errores, ni visuales ni políticos. No sabemos si las informaciones son verdad o mentira; solo sabemos que son imparables.



* "Una falsa alarma de accidente aéreo moviliza a los servicios de rescate" El País 27/03/2014 http://politica.elpais.com/politica/2014/03/27/actualidad/1395933435_630114.html
** "Turquía planeaba bombardearse a sí misma para poder atacar Siria" El Mundo 27/03/2014 http://www.elmundo.es/internacional/2014/03/27/5334400922601d64208b4580.html?a=6b9efc0f2cd25afda1f25286b11f9a60&t=1395974713 
*** "Turquía: tras cerrar el pico a Twitter, Erdogan apaga YouTube" Euronews 27/03/2014 http://es.euronews.com/2014/03/27/turquia-tras-cerrar-el-pico-a-twitter-erdogan-apaga-youtube/







jueves, 27 de marzo de 2014

La llamada o el camino a la presidencia

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El anuncio oficial de la candidatura al general Al-Sisi a la presidencia de Egipto, dada por segura desde hace tiempo, abre un nuevo periodo con sus propias incógnitas. Parece que en Egipto todos los que llegan al poder lo hacen tras anunciar que no tienen aspiraciones a él. Ya sea por acatar el mandato de Dios, del Pueblo o de ambos, la presidencia de Egipto parece ser un gran sacrificio. La Hermandad Musulmana dijo no querer la presidencia del país y Morsi acabó en ella, y lo mismo ha ocurrido con el actual candidato. La cuestión no es trivial pues revela ese carácter de "llamada" que se le quiere otorgar a la presidencia egipcia. Al-Sisi contó de forma anecdótica y off the record en una entrevista que hace años había tenido un sueño en el que el expresidente Sadat se le presentó y le reveló que llegaría a ser presidente de Egipto*. Muchos pensaron que se trataba de una campaña islamista para desprestigiarlo y mostrarlo como un hombre ambicioso. Pero los desmentidos iniciales se callaron con las transcripciones. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que ocurría el fenómeno contrario al temido: para una parte de la gente era una señal más de confirmación de la "llamada". Parece que el procedimiento funciona.


El periódico independiente Mada Masr realiza un ejercicio comparativo: "Sisi en palabras de otros" y "Sisi en su propias palabras". Hay mucho que exponer en el primer caso y mucho menos en el segundo, pues si algo ha caracterizado al general han sido sus silencios, que las voces de otros han llenado. Dicen en la publicación en el primero de los artículos:

Sisi himself is a man of few words, but that vacuum has been more than filled by others in recent months as expectations rose that the newly appointed field marshal would announce his candidacy for the presidency. Egypt has been assaulted by a slew of paeans to the defense minister since June 30, when Egyptians took to the streets in huge numbers demanding the removal of former President Mohamed Morsi.
Some of these tributes seem to suggest that Sisi's appearance on the scene was a matter of fate.**


A esta introducción le siguen las declaraciones que han creado lo que algunos han llamado "sisimanía", la locura suscitada por el hombre que encabezó el derrocamiento de Mohamed Morsi tras el 30 de junio de 2013. En estos meses se ha creado un mito popular en el que cada egipcio ha visto lo que ha querido ver según su concepción de dónde estaban los problemas. La figura de Al-Sisi ha funcionado, en este sentido, como un test proyectivo. Como señala el diario Mada Masr, son las voces de los otros los que han clamado, sin pudor, por la candidatura del ex ministro de Defensa.

Durante el periodo desde la salida de los islamistas del poder, el ambiente egipcio no ha mejorado, sino que las muertes se han sucedido convirtiéndose en una triste normalidad, desde los atentados terroristas a la brutal represión policial. Las 529 condenas a muerte del pasado lunes no son más que un episodio espectacular, condenado por países e instituciones de todo tipo, que muestran que el camino emprendido por Egipto, desgraciadamente, le lleva al punto contrario del que debería haber emprendido para cumplir sus aspiraciones, en palabras del propio Abdel Fattah Al-Sisi ayer mismo, de llegar a ser un "país democrático y moderno". Sin embargo, las evidencias se acumulan en la dirección contraria.
Los propios medios de comunicación egipcios acumulan los datos. Junto a las palabras de adulación sin medida, se acumulan los hechos trágicos de las manifestaciones, detenciones y muertes, algo que no puede ser un camino porque nunca fue una aspiración de la revolución tantas veces invocada. No solo han protestado los islamistas; también lo han hecho los partidarios de la Revolución del 25 de enero, que han visto cómo sus aspiraciones se disolvían en esa permanente contradicción entre las palabras y los silencios y los hechos.
De todos los episodios de adulación a la figura del general Abdel Fattah Al-Sisi, quizá el más revelador, por extremo, fue la intervención del Gran Muftí, Shawqi Allam, para frenar las comparaciones que se establecían con el hoy candidato oficial a la presidencia:

During a ceremony held on 5 February to honour families of police members killed or injured on duty, Saadeddin El-Helaly, head of Al-Azhar University's Department of Comparative Jurisprudence, described Defence Minister Field Marshal Abdel-Fattah El-Sisi and Interior Minister Mohamed Ibrahim as two prophets sent by God.

Allam, who heads Dar Al-Ifta, the authority entrusted with issuing religious edicts, rectified that prophets hold a dignified and untouchable status which rests on divine selection, infallibility and revelation.
Igniting a fury of criticism, El-Helaly had said "God sent two men, as He sent Moses and Aaron before... No Egyptian would have imagined that these [two] are from God's prophets... El-Sisi and Mohamed Ibrahim were sent out."
"Any analogy comparing [political] leaders to prophets of God is unacceptable. The leaders themselves would not agree to such reverence and glory," the grand mufti reprimanded in public comments.
El-Helaly later told reporters he had meant to compare situations and stances.
This comes in the context of a nationwide fascination with the military chief who led the ouster of Islamist president Mohamed Morsi last July amid mass protests against the latter's year-long rule. Since he came to be perceived as the nation's saviour and the spearhead of the "war on terrorism" plaguing authorities, El-Sisi's popularity in the country has reached stellar heights.***

El buen juicio del Gran Muftí tratando de evitar este tipo de comparaciones no frena el hecho de que se produzcan. De Al-Sisi se ha dicho de todo; se le ha celebrado como héroe; se cantado su atractivo, su tono de piel, su virilidad..., según recoge Mada Masr en el artículo citado, pero la comparación con los "profetas" junto con el ministro del Interior, responsable directo del calamitoso estado de la seguridad es, a todas luces, excesiva, pero también reveladora. Centrar las luces en él es menos interesante que hacerlo en los aduladores porque en él proyectan sus deseos y frustraciones, pues será una mezcla de ambas cosas lo que le llevará al Palacio Presidencial.
El debate egipcio se acaba centrando en personas y no en sistema, que es lo que puede intentar aproximar una solución a un camino incierto, por un lado, y previsible por otro. El esfuerzo de hacer una constitución más abierta que la realizada por los islamistas se tiene que traducir en el esfuerzo por respetarla. Son muchas las manifestaciones —y no de los islamistas precisamente— las que denuncian que la constitución puede quedar en papel mojado o envuelta en una retórica hueca.


Los objetivos de "modernidad" y "democracia" son incomprensibles desde la perspectiva de los hechos, con lo que la contradicción irá creciendo si no se corrige y no parece que ese sea el camino. La salida hacia la modernidad y la democracia no pasa, desde luego, por las condenas de muertes masivas o seguir encarcelando gente. Las palabras de Al-Sisi en su discurso han sido la promesa de "estabilidad, seguridad y esperanza", tres hermosas palabras que pueden ser interpretadas de forma muy distinta en función de lo que ocurra en las calles.

Egipto corre el riesgo del aislamiento internacional y de quedar en manos de otra potencia también solitaria, Rusia. El antiamericanismo ganado a pulso por las acciones de los Estados Unidos y su falta de visión, está siendo aprovechado por Moscú, para ganar sus posiciones. Esto era previsible, pues la diplomacia rusa va aprovechando los errores de la norteamericana. Si Nicolás Maduro y Bachar al-Assad son los únicos dirigentes que ha felicitado a Rusia por la invasión de Crimea, Putin es el único que ha deseó suerte a Abdel Fattah Al-Sisi con motivo de la visita a Moscú. Ayer mismo, AhramOnline nos daba cuenta de la creación de una zona industrial y comercial con Rusia, principal vendedor del trigo a Egipto. Desde la percepción interna de los egipcios, Estados Unidos representa a la Hermandad Musulmana y la Hermandad representa a los Estados Unidos. El desvío hacia Rusia se ve como un síntoma de independencia. Ahram Online señala:

Cairo has turned to Moscow for arms talks after Washington cut back part of its military assistance to its regional ally in response to a crackdown by Egypt's interim authorities against supporters of deposed president Mohamed Morsi.****

Es una muestra más de cómo los movimientos se realizan más por reacción que por acción. Rusia sacará provecho de la necesidad egipcia y molestará a un antiguo aliado de Washington en estos momentos en los que las críticas al imperialismo ruso son generalizadas.
No sé cuáles serán los próximos acontecimientos, pero parecen bastante previsibles. Egipto ha perdido la oportunidad de construir un sistema político que garantizará una democracia moderna, que es lo que se sigue prometiendo. Pero no es una democracia ni es modernidad el culto a la personalidad o el mesianismo. Son los mecanismos que siempre se han practicado. Y mucho me temo que tenga que ir a más antes de llegar a la conclusión de que la única fórmula para llegar al futuro es romper con el pasado y no regresar a él una y otra vez.
El político liberal Mohamed Nosseir ha escrito hace unos días un artículo con el título "Does Egypt need to use more muscles or more brain?". La pregunta es pertinente ante los hechos que sacuden a Egipto cada día. Ningún país del mundo puede crecer, ser moderno, democrático o estable con muertos en las calles, presos en cárceles llenas, condenas de muerte masivas y demás muestras de intransigencia, ninguno. Ese camino no lleva a ninguna parte más que al dolor. Al analizar la crisis polarizada de la sociedad egipcia, Nosseir se pregunta:

Is the flexing of muscles a new phenomenon in Egypt? Definitely not – Egypt is a country that has been led and driven by muscle power for decades, to the extent that no alternative to this practice is ever considered. Egypt is clearly a security-driven state, wherein the security apparatus plays a key role not only in governing the country, but also in determining its future. The state often boasts that Egypt is ruled with an iron fist, claiming that the 25 January Revolution was a single failing of this rule, a failing that the State has managed to overcome over an unnoticeable period, successfully reverting to the old days.
*****


¿Es realmente ese el destino egipcio, esperar "profetas de hierro" que les prometan liberarles de sus propios errores? Me gustaría pensar que no, pero son ellos los que lo deciden cada día con sus acciones y voluntad. Se corre el riesgo de la libertad aquí se pueda reducir a la elección del "puño de hierro" y que muchos no deseen más. Pero otros sí. 
Pronto la hoja de ruta seguirá cumpliendo fases hasta llegar a su final, que será el principio de la ruta a secas, gobierno sin interinidad, plenamente responsable. Veremos cuáles son entonces las prioridades y cuáles los resultados ante un proceso cada día más complicado. Podremos comprobar qué significan seguridad, estabilidad, democracia y modernidad, si son palabras que el resto del mundo entiende de la misma manera o si, por el contrario, tienen una interpretación estrictamente local.


Nos dice la prensa egipcia que la mitad de la población, según las encuestas, no tiene decidido a quién votará en las presidenciales. El paso por las urnas es solo una parte de la cuestión, como se comprobó con Mohamed Morsi. Después están los hechos, el día a día. Cada uno trae al siguiente y reduce lo posible hasta que a lo que sucede se le llama "destino". Y ya no hay elección.
  

* "General Sisi 'dreamed he would rule Egypt'" The Telegraph 12/12/2013 http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/africaandindianocean/egypt/10514821/General-Sisi-dreamed-he-would-rule-Egypt.html
** "Sisi in the words of others" Mada Masr 26/03/2104 http://www.madamasr.com/content/sisi-words-others
*** "Egypt's Grand Mufti decries identification of political leaders with prophets" AhramOnline 11/02/2014 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/93964/Egypt/Politics-/Egypts-Grand-Mufti-decries-identification-of-polit.aspx
**** "Egypt mulls creation of industrial & free trade zones with Russia " Ahram Online 26/03/2014 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/3/12/97601/Business/Economy/Egypt-mulls-creation-of-industrial--free-trade-zon.aspx

***** "Does Egypt need to use more muscles or more brain?" Daily News Egypt 23/03/2014 http://www.dailynewsegypt.com/2014/03/23/egypt-need-use-muscles-brain/