domingo, 24 de noviembre de 2013

La alternancia y el dogma

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En la obra de Jack Goody, El milagro euroasiático (2012), se trata de encontrar explicación a los desarrollos —sus velocidades y atrasos relativos— históricos de Oriente y Occidente, espacios culturales que hoy confluyen en una globalización que ha hecho que se cuestionen los límites preconcebidos y, especialmente, los tópicos que ha regido la visión occidental de la otra parte. Goody, catedrático de Antropología Social en Cambridge, receptor de honores académicos múltiples, propone la revisión de los criterios aplicados hasta el momento, que han favorecido la interpretación occidental de los fenómenos históricos sobre su despegue respecto a otras culturas, a las que se ha contemplado como limitadas. Goody, africanista y estudioso de la cultura de la escritura, prefiere hablar de "alternancias" en la primacía del desarrollo económico y cultural.
Escribe Jack Goody:

Yo sostengo que todas las culturas con escritura tuvieron periodos en los que miraron atrás, a veces con una perspectiva religiosa —lo que suele conducir al estancamiento— y a veces con un ánimo más secular —lo que generalmente favorece la invención. En la India gupta y maurya, así como en el islam abásida y, más tarde, en Andalucía, hubo periodos de progreso. El Renacimiento italiano presenció otro periodo de resurgimiento, pero hubo una diferencia vital: la alternancia pareció cesar entonces y se produjo una transformación más permanente, el tipo de crecimiento continuo y autosostenido que (según Rostow) se ha considerado típico de una economía «capitalista». Mientras que en el islam y en la India, y en una vena más secular incluso en China, se produjeron periodos de liberalización de este tipo, seguidos de un resurgimiento de la fe en un universo transcendente, en la Europa renacentista se mantuvo la búsqueda de explicaciones más seculares (podríamos calificarlas de «científicas») y el conocimiento del mundo siguió expandiéndose. (117)*


Goody rechaza que hayan sido el "protestantismo" o el "capitalismo" (que ya existía de antes como "capitalismo mercantil") los que marcaron el final de la "alternancia" (su idea central) definiendo la "supremacía" de Europa. Su idea —podríamos sintetizarla así— es que hay determinados momentos en la Historia en la que los pueblos deciden mirar hacia atrás para ver su futuro. Unas veces se dirigen hacia puntos que los liberan, más abiertos, y otras, en cambio, lo hacen hacia momentos en los que las restricciones eran mayores.

Mi explicación es la siguiente: en el Renacimiento italiano se volvió la vista atrás deliberadamente, en un movimiento que en sus dimensiones más generales era intrínseco a la alfabetización. Fue un proceso que caracterizó a todas las culturas escritas de Eurasia: cristianismo, islam, India y China, por mencionar solo las principales. Este movimiento se produce en todos aquellos que tienen una religión escrita, lo que necesariamente implica volver al Libro, a la palabra sagrada de Dios (o de su portavoz), especialmente en los credos monoteístas que son hegemónicos. Pero en ocasiones, esa mirada atrás va dirigida a una ideología menos exigente que deje más espacio a lo secular, y esto, en mi opinión, es lo que ocurrió en la vuelta a la sociedad clásica en la Europa renacentista y al confucianismo en la China song, soslayando la hegemonía del cristianismo en un caso y del budismo en otro. Desde luego, esta alternancia interna puede producirse en otras circunstancias, como en la India, donde la no transcendental visión secular lokayata ocupó un lugar más permanente en el panorama general, y aquel universo no sólo era «espiritual», como ha sostenido el antropólogo francés Louis Dumont, entre otros. Pero la alternancia, no el «crecimiento» continuado hacia un fin, era la norma. (118)*


La explicación de Goody plantea un sistema histórico de alternancias, primero en el seno de las culturas a las que se refiere, en cuyo interior se producen esas miradas selectivas hacia periodos liberalizadores que don tomados como referencia en el presente —el caso renacentista europeo— frente a otros más oscuros, que limitan nuestro conocimiento del mundo mediante el recorte de la capacidad de explicación. Son esos movimientos los que han permitido, a su vez, las alternancias externas, las que se han producido entre culturas. La alternancia es la norma, no la excepción. La visión de culturas inferiores per se es una justificación que posibilita, entre otras cosas, el colonialismo, por ejemplo. No están solo lo hechos, sino la forma de percibirlos e interpretarlos. Nuestras explicaciones de la "Historia" justifican nuestras intervenciones en la "Historia". No es lo más importante que puedan ser ciertas o no, sino si la creemos o las rechazamos. El pueblo que se cree "superior" acaba "invadiendo" o "despreciando".
Las alternancias internas son más fáciles de detectar y tienen que ver con el "oscurantismo" que impide un mejor conocimiento del mundo. El énfasis puesto por Goody en la cuestión de la "escritura" y el "libro" no es casual, ya que su carácter de cierre de la Historia —todo está dicho— limita o impide el conocimiento al remitirse a sus propias páginas, por decirlo así, en vez de al mundo para cualquier respuesta. Hay momentos en que se lee el "libro de la Naturaleza" —como querían Galileo, Bacon, Montaigne o Campanella— y otros en los que se lee simplemente el "Libro", en el que esperan encontrarse todas las respuestas. Es en estos últimos momentos, los oscuros, cuando se recela de los cambios y de cualquier desvío de la ortodoxia.


Durante siglos, las alternancias entre ambos periodos han sido posibles porque era fácil el control de la comunicación, es decir, control de las informaciones circundantes. Se podían levantar murallas y decretar silencios, obligar a un educación rígida o a una ignorancia meticulosamente creada, con cierta facilidad. La llegada de la imprenta, coincidiendo con el cambio que Goody considera permanente en Occidente y que significó su constancia en el desarrollo, es esencial para explicar los cambios. Hoy ya no es tan fácil como antes, en un mundo cruzado por múltiples líneas de comunicación, abierto gracias a las nuevas tecnologías, un camino que comenzó con la escritura y siguió con la imprenta, cuya historia es doble, de emancipación y de obediencia, de pensamiento y de recitado.
El Libro opuesto a los libros, el adoctrinamiento frente a la educación emancipadora —como consideraba Kant propio de la Ilustración—, el aislamiento cultural impuesto frente al contacto enriquecedor, etc., son el verdadero motor que hace avanzar la Historia y el desarrollo de los países.


Un ejemplo de estos movimientos internos de remisión hacia el Libro o hacia los libros lo tenemos en la lucha actual por la redacción de la nueva constitución egipcia, la que sustituirá, según lo previsible, a la escrita por los grupos islamistas en el poder, para los que la Constitución no debía ser más que un apéndice concordante del "Libro" superior y, en sentido estricto, innecesario si se cumple el primero.
El diario AhramOnline nos informa del frontal rechazo que los salafistas, que aceptaron estratégicamente participar en la redacción, a los intentos de abrir a través de la Constitución las posibilidades hacia el futuro:

The preamble then moves to stress the goals of the 25 January and 30 June revolutions: mainly achieving social justice, national independence, freedoms and rights, and separating religion from politics. 
According to the preamble, "The constitution is for a civilian, democratic and modern state in Egypt."
The above words triggered, however, furious reactions from Mohamed Ibrahim Mansour, representative of the ultraconservative Salafist Nour Party. Mansour, in a request submitted to chairman of the committee Amr Moussa, said "The party strongly rejects the word 'civilian' because it reflects Western and secular values." "We want the word 'civilian' to be omitted from the preamble and it is enough to state that the constitution is for a democratic and modern Egypt," read Mansour's request.**


La palabra "civil" significa lisa y llanamente la posibilidad de poder vivir de una forma menos dirigida y limitada que hasta el momento; significa márgenes negados a la individualidad y la remisión obligatoria al Libro. La reacción "furiosa" de Mansour así lo prueba, ya que por esa vía se escapa una gran parte del poder de control de las personas individual y socialmente. Se escapa también la posibilidad de un progreso real para el país, que queda encerrado en sus propios límites, como ocurrió con las interpretaciones islamistas de la Economía durante el breve periodo de mandato de los Hermanos Musulmanes con Morsi al frente. La ortodoxia son los árboles que no dejan ver el bosque.
¡En la palabra "civil" se encuentran tantas cosas! Encierra las diferencias abismales entre una vida dirigida y una vida autónoma que pueda irse desprendiendo poco a poco de los lastres acumulados precisamente por esa mirada limitada y obsesiva hacia un mundo dogmático que todo lo ve como peligroso y corrupto.
AhramOnline nos añade otra información reveladora de lo que molesta a los salafistas, el arte:

Mansour also rejected a phrase stating that "A new chapter of the constitution promotes all forms of culture, including painting, music and theatre dramas." Mansour wants the words "painting, music and theatre dramas" to be omitted, deeming it enough for the constitution to promote "all forms of culture."**


¿Por qué le molestan a los salafistas que se hable específicamente de la protección de "pintura, música y obras teatrales"? Los motivos son evidentes: el rechazo que les suscitan, también de orden dogmático religioso. Lo artístico es una forma más de lo "civil", de la emancipación individual del orden controlado, a cuyo servicio se debe poner allí donde no está expresamente prohibido. No es necesario recordar, por ejemplo, cómo la música y otras artes estuvieron prohibidas y perseguidas durante el "reinado" teológico de los talibanes en Afganistán.
En un interesante artículo sobre el declinar de la cultura en Egipto, escrito pocos meses antes de la Revolución de Enero de 2011, Khaled Al-Khamissi —sociólogo, escritor y periodista—, el autor de uno de los grandes bestseller en el mundo árabe, Taxi, mostraba esa pérdida de tejido creativo, propiciada desde el poder, ahogando —desde una perspectiva no religiosa, pero sí autoritaria, copiando el modelo— el desarrollo creativo, además del económico:

Ha transcurrido casi una década de todo aquello y nos encontramos a las puertas de 2010. En lo que a mí respecta vivimos una época de cambios importantes y rápidos, con movimientos renovadores en busca del rumbo perdido, algo que no veía desde mi ingreso en la universidad allá por 1980. Se empieza a apreciar la existencia de una juventud interesada en una recuperación de la cultura egipcia con aires renovados hasta ahora nula, y que tiene como punto de partida el rechazo de los cánones y normas dictadas por el gobierno, es decir, están dispuestos a llamar a todas las puertas posibles con el único objetivo de despegar culturalmente hablando y salir así del atolladero en el que llevaban desde hacía treinta años. En definitiva, estamos ante una nueva generación joven y fuerte, que quiere romper con todo lo anterior sedientos de un cambio radical.***


Recordemos que estas palabras están escritas en la antesala de la Revolución. Es más fácil comprenderlas hoy, como base de explicación de los "incompresibles" vaivenes egipcios. Es esa juventud la que acabó saliendo a la calle, harta de frenos a su futuro individual y colectivo, harta de tener que emigrar ante la incomprensión, la persecución o la indiferencia, según el sentido de sus demandas. Curiosamente, en ese mundo especial que va de Anwar el Sadat y Mubarak hasta Mohamed Morsi, lo que avanza es el islamismo —de los Hermanos Musulmanes a los salafistas de al Nour, junto con otros grupos violentos— que hoy sigue dando muestras de su poder en las calles, al que se le entregó. Fueron los islamistas en el poder los que recortaron las posibilidades expresivas —por seguir en el campo del arte— llevando a la huelga a intelectuales y artistas, como ocurrió, por ejemplo, con las protestas en la Opera de El Cairo.
El futuro de Egipto —su presente incluso— está lleno de interrogantes e incertidumbres. Es un escenario en el que se debate, como señala Goody, hacia qué "Libro" mirar. Si el desarrollo continuo de Occidente se produjo por haber encontrado fórmulas para reducir al ámbito de lo personal las creencias y poder avanzar en el conocimiento de la Naturaleza a través de la Ciencia, los que no lo hagan se verán condenados al oscurantismo y, lo que es peor para ellos y para todos, a la violencia como reacción única ante el resto del mundo, al que verán como "infieles", como sociedades corruptas que recibirán por una "mano" u otra el debido castigo. Los ultranacionalismos crecientes tienen un papel similar cuando fomentan el aislacionismo y elevan mitos que han de ser aceptados dogmáticamente, expulsando de su seno a los disidentes. La lucha entre ortodoxia dogmática y apertura es la que marca las posibilidades de desarrollo y convivencia social.


El ejemplo de cómo China ha recorrido a gran velocidad su camino hasta lograr importantes transformaciones debería analizarse con mayor detenimiento. Allí la ortodoxia, como ocurrió con la Revolución Cultural —el Libro era otro, el de Mao—, también puede ser un obstáculo, pero el aumento de lo civil, de sus demandas es imparable. Lo económico es solo una parte; también está lo civil, el ámbito de las libertades realizadoras. Basta con comprobar, como pudo hacer Khaled Al-Khamissi, el estado de su juventud, sus deseos de ampliación de las bases de la cultura, su impulso de transformación, para comprobarlo.
Hoy ya no es posible elevar murallas o rodearse de desiertos de arena.

* Jack Goody (2012): El milagro euroasiático. Alianza Editorial, Madrid.
** "Islamists reject preamble of Egypt's new constitution as reflecting 'Western' values" AhramOnline 23/11/2013 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/87272/Egypt/Politics-/Islamists-reject-preamble-of-Egypts-new-constituti.aspx

*** Khaled Al-Khamissi. "La cultura egipcia actual" Culturas. Revista digital de análisis y debate sobre Oriente Próximo y el Mediterráneo, s/f http://revistaculturas.org/la-cultura-egipcia-actual/






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