martes, 16 de julio de 2013

El castillo y sus vigilantes

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
No nos entra en la cabeza el modelo norteamericano de "defensa" que ha puesto en libertad a George Zimmerman, el vigilante que "se sintió amenazado" por el joven Trayvon Martin porque era negro y con capucha, joven y armado con un paquete de caramelos y una lata de refreso. Un jurado compuesto por seis mujeres, cinco "blancas" y una "hispana", según sus clasificaciones cromáticas, ha decido que Zimmerman es "no culpable", que es como decir que lo que pasa en el callejón queda entre el verdugo y la víctima. En unas calles cada vez más solitarias por los riesgos que implican no solo la delincuencia sino los vigilantes de los delincuentes es cada vez más difícil que haya testigos que aclaren algo. La soledad lleva a la impunidad: la palabra del vivo contra la del muerto. Sin testigos, siempre hay "duda razonable".
La BBC plantea así el fondo ideológico de la cuestión:

La casa de una persona es su castillo, reza la conseja popular. Y dentro de él esa persona tiene derecho a defenderse de intrusos y agresores, incluso con fuerza letal, si lo considera necesario. Es una vieja noción con ribetes medievales que ha pasado a la juridisprudencia [sic] anglosajona moderna como la Doctrina del Castillo.
Pero últimamente en Estados Unidos nuevas leyes han ampliado el tamaño del castillo en el que es legal defenderse, que ya no se limita al hogar, sino que se ha extendido al sitio de trabajo, el vehículo personal y a todo espacio público donde un individuo tenga derecho a estar.*


"Donde tenga derecho a estar" es equivalente a "donde tenga derecho a sentirse molestado", que en el fondo es lo que establece la doctrina. La denominada doctrina "Stand your ground" legaliza a su manera la situación en la que uno se convierte en intérprete de una ley de forma instantánea. Si esta es mi zona, yo decido cuándo se aplica la ley. Aquí el que juega con blancas, gana siempre. Siempre que se aplique en el sitio correcto, independiente de lo que ocurra, la ley le declarará inocente. Es por tanto el espacio, el que determina la legitimidad del acto: si lo hago fuera de "mis límites", paso a ser considerado el agresor y no el defensor.


La doctrina "Stand your ground" es sobre todo una doctrina espacial, reivindica el derecho a decidir sobre un espacio. Es, por tanto, una doctrina derivada de la propiedad, que como bien señala la BBC se ve ampliada a otros lugares o propiedades. El principio es el siguiente:

"Una persona que no esté envuelta en una actividad ilegal y que es atacada en cualquier otro lugar donde él o ella tenga derecho a estar no tiene la obligación de retirarse y tiene el derecho a mantenerse en su lugar y responder con fuerza, incluso fuerza letal, si él o ella razonablemente cree que es necesario hacerlo para prevenir la muerte o grave daño físico a sí mismo o a otra persona o para prevenir la comisión de un crimen violento".*


Es tal la apertura de las causas y sobre todo tan interpretable que deja todas las decisiones en manos de quien tiene el arma. Si el joven Martin se hubiera defendido del ataque de Zimmerman para salvar su vida habría sido condenado porque no estaba en el "lugar adecuado"; el único derecho que le quedaba era dejarse matar, ya que huir no le sirvió de nada. El argumento de que pasaba por allí camino de su casa no habría sido creído y la soledad se hubiera vuelto en su contra. El hecho de que a alguien le pueda parecer peligrosa la presencia de un "vigilante" y se retire, ya puede ser considerada una "conducta sospechosa" —huyes de algo— que active y justifique su deseo, ratificado por la ley, de "defensa". Zimmerman persiguió a Trayvon Martin desoyendo los consejos de la Policía.
El segundo aspecto, que es el que ha hecho estallar las protestas, es el racial, cuyo fundamente se recoge en la propia psique del vigilante al valorar los "peligros" que supone encontrarse con una persona negra en las calles. La "creencia" que la ley ampara no es más que la sacralización del prejuicio, que es lo que esta muerte, que no ha sido considerada un "crimen" sino un "derecho", consagra. El mismo espíritu que mantiene la ley viva tiene que justificarse en sus sentencias; es la lógica circular de la sin razón. La ley solo se puede mantener viva dando la razón a los que la practiquen.


Hace una año, las calles de Estados Unidos se llenaron de personas de todos los estratos y colores que se pusieron capuchas para señalar que eso no era un delito y que no justificaba tu muerte a manos del primer visionario de la defensa que te encontraras. Hoy las protestas que se levantan en muchos lugares muestran que todavía queda mucho camino por recorrer, que el modelo "de frontera" no es el que se debe utilizar en una sociedad moderna. Eso sí, por los caminos adecuados, no vaya a ser que alguien considere que son de su propiedad y reivindique el derecho de disparar sobre los que lo pisan de forma amenazante o con la vestimenta inadecuada.


* "¿Cuándo es legal en Florida matar a alguien?" BBC 16/07/2013 http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/07/130715_eeuu_zimmerman_defensa_propia_cch.shtml



 


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