martes, 14 de mayo de 2013

Filibusteros en el canal

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La importancia dada a lo que diga un periodista británico en un diario británico nos dice mucho del funcionamiento de ellos y de nosotros, de la importancia dada a las primeras planas y a la debilidad de este método de la "marca" sujeta permanentemente a los vaivenes comunicativos de los demás. Es indudable que un titular del tipo "saque su dinero de España antes de que sea demasiado tarde" tiene un toque "británico" excesivo, digno del sensacionalismo informativo que caracteriza al país. Pero nada es gratuito.
El diario ABC trata de analizar el papel que este tipo de comentarios de la prensa británica —y otras— juegan en el contexto de la política económica y mediática. El corresponsal en Londres realiza su ronda de consultas con los periodistas para hablar de lo que denomina la "prima de riesgo mediática", concepto afortunado para tratar de comprender el papel de estos comentarios:

El aparato estatal español ha hecho un genuino esfuerzo para mejorar y modernizar su comunicación en plazas cruciales como la londinense. Y el eco de opiniones tan negativas sobre el rumbo de la economía española generan una comprensible frustración. Hace ahora un año, analizábamos lo que muchos calificaban como una «prima de riesgo mediática», una percepción habitual en meses pasados en ciertos medios que parecían sobrevalorar el lado oscuro de la economía española sobre los aspectos más positivos, destacados con ahínco por el gobierno desde hace un año.*



Muchos analistas interpretan el exabrupto del periodista británico en clave de política "interna" y de consolidación el "euroescepticismo" británico. No tiene por qué ser la única razón. El papel de los medios de comunicación en la economía se revela cada vez más como "influencia" que como "información". El reciente caso de espionaje de los terminales Bloomberg por parte de los periodistas de Bloomberg News —cuyo escándalo sigue creciendo— nos muestra ese otro lado oscuro de la economía que es la manipulación de la opinión, en un sentido u otro, a través de los medios. Los movimientos inversores son cada vez más complejos y rebuscados y puede que los precios de España no sean todavía lo suficientemente bajos para los que quieren hacerse con buenas oportunidades.


El primer efecto que una noticia como esta tiene es bajar automáticamente las condiciones de negociación que cualquiera esté realizando. Alguien se ha beneficiado ya con ello. Si yo estuviera negociando la compra de terrenos para que los jubilados ingleses vinieran a la Costa del Sol a jugar al golf —es un suponer—, ya tendría mejor precio. Le debería el favor al articulista. No dudo de su honestidad; simplemente constato cómo funciona el mundo.
El anuncio, por ejemplo, de Donald Trump —ya lo comentamos— de que "España es un país grande enfermo y hay que aprovechar las oportunidades" tiene que ver con todas estas formas de incidir en la opinión y en los inversores. La cuestión es cuán enfermo tiene que estar un país para seguir siendo "atractivo" y cuántos celos y recelos puede llegar a despertar.


El anuncio de la banca de inversiones norteamericana Morgan Stanley en febrero sobre que España podría llegar a ser la "nueva Alemania" contrasta con lo dicho por el periodista británico:

El banco de inversión Morgan Stanley cree que la reducción de los costes laborales debidos en parte a la recesión, y en parte a las reformas del Gobierno y la mejora de las exportaciones, pueden convertir a España en "la próxima Alemania" en el seno de la Unión Europea.
En un informe de perspectivas económicas, el equipo de analistas del banco reconoce que la idea de que España será la nueva Alemania, y viceversa, lleva ya un tiempo recorriendo los mercados, pero actualmente es algo más que una posibilidad.


¿A quién debemos creer? Ha sembrado más recelos el británico que la banca norteamericana; ha levantado más ampollas el que dice que se lleven inmediatamente el dinero que el que pide que inviertan en España. Hay mucho de psicología, de "espíritus animales", en esto. Los efectos de una declaración como esa puede tener efectos, incluso, sobre la propia Alemania y su forma de controlar a los demás "financiando" el crecimiento de sus futuros "competidores", por ejemplo.
También hay mucho de lucha interna. Los medios españoles tienen también su encarnizada batalla político-económica, de apoyos a los del "mejora" o a los del "empeora". Eso no se puede obviar y son utilizados por los medios exteriores cuando les trae cuenta. Ayer criticábamos la frivolidad con las que algunos hablan de la "pérdida de una generación" y de los efectos que esa ligereza tiene sobre las personas que sienten que están hablando de su futuro. Se debería exigir cierta cordura a algunos medios españoles ante que exigírsela a los británicos, cuyas naves del corsario Drake suelen surcar el océano en busca de abordajes suculentos en nombre de su reina. Del Canal de la Mancha, a los canales mediáticos.


Lo importante es darse cuenta de que los medios de comunicación, ya sea institucionalmente o de forma personalizada, juegan muchas veces el papel de peones en este mundo complejo y global, que son empresas vinculadas al mundo económico y político y que crean ambientes favorables a sus intereses, que muchas veces no son los de informar, sino hacer sus jugadas en beneficio propio o ajeno. "Sacar el dinero de España inmediatamente" no es "informar"; es dirigir de forma sensacionalista la opinión pública, a los inversores, en un mundo hipersensible. O tiene un gran ego o más información que nadie. O es simplemente un irresponsable, claro.
El ABC cierra su información con lo siguiente:

Mientras, la polémica generada en torno a sus comentarios sirve de recordatorio de que, a medidas que se agudizan las tensiones en el debate público sobre Europa en Gran Bretaña y se polariza la opinión en diarios euroescépticos como el Telegraph o el «Daily Mail», es previsible que se produzcan nuevos incidentes de fuego cruzado contra España y otros países de la zona euro. Pero, por encima del ruido euroescéptico y de las críticas interesadas de ciertas voces eurofóbicas, el verdadero reto del gobierno es acelerar el proceso de modernización de su todavía arcaica concepción de la comunicación pública.*

Además de "arcaica", yo diría "ingenua". Estar todo el día pendiente de una comunicación que no depende tanto de lo que hagamos sino de lo que interesa a los otros puede ser agotador. Y frustrante. Contra malas noticias, buenos hechos. Es siempre la mejor política.

* "El gobierno español debe modernizar su comunicación a pesar del ruido euroescéptico" ABC 14/02/2013 http://www.abc.es/economia/20130514/abci-analisis-telegraph-comunicacion-201305132149.html
** "Morgan Stanley cree que España "puede ser la próxima Alemania"" El Confidencial 12/02/2013 http://www.elconfidencial.com/mercados/bolsa/2013/02/12/morgan-stanley-cree-que-espana-puede-ser-la-proxima-alemania-8618




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