miércoles, 31 de octubre de 2012

Un loco canta en Beijing o la otra globalización

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La lectura en la prensa china del montaje de El hombre de La Mancha (Man of La Mancha) por estudiantes en la Facultad de Lenguas Extranjeras de Beijing* me hace ver en qué consiste otro tipo de globalización no marcada por la codicia o el aventurismo, sino por el sano deseo de compartir la cultura y crear conjuntamente aprovechando los factores que ayuden a la mejor comprensión unos de otros.
Un musical norteamericano sobre un tema español, el Quijote,  interpretado por estudiantes chinos bajo la dirección de un shakespeariano, Joseph Graves, en Beijing es una buena manera de entender la globalización de la cultura. Graves —actor, director y escritor— aceptó el reto de desplazarse a China con una invitación muy concreta: la creación del Instituto Bedia de Teatro y Cine mundiales.
De Graves decía el año pasado el diario Global Times con motivo de una puesta en escena conjunta del Rey Lear de Shakespeare por estudiantes de Beijing y de la universidad norteamericana de Syracusa:

[...] he has spent the best part of the last 10 years at Beida at the invitation of the university’s Foreign Languages School, engaging in developing theater departments in Chinese universities where none exists.
With the founding of the Beida Institute of World Theatre and Film in 2005, Graves has been able to produce more productions and promote cultural exchanges between the theatre communities in China and other part of the world.**

Alumnos de las universidades de Beijing y Syracusa

La creación del Instituto Bedia le ha permitido establecer contacto con aquellas instituciones, como universidades de todo el mundo, para realizar intercambios y proyectos comunes con sus estudiantes del que puedan sacar provecho formativo todos. 
Seguimos sin valorar como debemos el contacto cultural, el papel que juegan las personas más allá de la cifras de la balanza comercial. Mientras nos empeñamos en pensar únicamente en empresarios que buscan inversiones e inversores, China se preocupa también —además— por entender y ser entendida. Creamos instituciones cuya eficacia cultural está por confirmar, porque todo finalmente se resuelve en cantidades, concesiones, subvenciones, proyectos... de los que queda muy poco al finalizar. Sin financiación, se acaba todo.
Soy un colonizado cultural vocacional. Aprendí a valorarlo durante veinte años como profesor de Literatura Universal Contemporánea, el mejor "error" de mi vida; poder disfrutar, sin fronteras, de lo mejor que cada país o cultura te ofrece. Y lo sigo haciendo. Me gusta dejarme seducir por la cultura que aprendo de mis alumnos de diversas partes del mundo y trato de que se interesen por lo que podemos ofrecerles en la misma medida en que me intereso por lo que ellos me ofrecen, algo en general bastante diferente a esta cultura light y comercial que producimos habitualmente y que llamamos "global". Cuando les cuento las películas chinas que veo me dicen "¡Profe, qué películas más raras has visto!" Y es que además de las distancias e idiomas están las edades, barrera más difícil de saltar, pero no imposible, desde luego. Ellos lo intentan y yo también. Se acaba produciendo la sintonía. Vale la pena.


Pedí a mis alumnos chinos que nos hablaran de Mo Yan cuando le concedieron el Premio Nobel de Literatura hace unos días. Lo hicieron en clase y posteriormente también cuando vimos la magnífica película de Zhang Yimou, Sorgo rojo, en nuestro cinefórum. Y lo hice por interés nuestro,  primero, para que pudiéramos conocer algo que no conocíamos a través de ellos —también sirvió para que los alumnos chinos que no lo conocían se enteraran de quién era Mo Yan por sus compañeros—; pero también para darles a ellos la ocasión de sentirse orgullosos de un compatriota y del reconocimiento cultural recibido fuera de su tierra; y esta vez también dentro, como recalcaron. Me comentó un compañero que había visto a algunos de ellos fotografiando el cartel de la película que habíamos puesto en la puerta del aula donde se realizaría la proyección. Me alegro de ello.


China ha cambiado en muchas cosas y nosotros no nos molestamos demasiado en cambiar nuestra mentalidad respecto a China. "Consumimos" China, más que otra cosa. Sé que una cosa es hablar de China, otra del gobierno chino, otra del pueblo chino y otra, si me apuran, de esos miles de alumnos chinos que recorren nuestras universidades aprendiendo todo lo que pueden, venciendo la resistencia de los idiomas y accediendo a un substrato cultural lejano. Es la primera generación china que sale realmente a aprender lo que hay más allá de la muralla; no solo a trabajar, sino a formarse repartidos por todo el mundo. Pero está claro que el futuro de China estará en las manos de estos cientos de miles de estudiantes que se están formando en el exterior, aprendiendo los idiomas, la ciencia, el pensamiento, la tecnología para mejorar su país... y también para tratar de entendernos.


La globalización ha llegado con un cultura comercial y consumista debajo del brazo, tratando de abrir mercados y no de abrir mentes, tratando de crear necesidades vendibles y no de tender lazos y saltar distancias culturales entre ambos mundos. Por eso es importante la creación de formas de encuentro, de despertar y satisfacer el interés y la curiosidad culturales. No hablo de turismo; hablo de lo que se puede transmitir, pero no se puede fotografiar; de lo que se queda grabado en las mente y no solo en las fotos.
Esos alumnos chinos interpretando El hombre de La Mancha sobre un escenario pekinés me parecen un signo de esa comunicación cultural posible. China Daily no titula su artículo "Man of La Mancha", sino "Men of La Mancha", convirtiendo a todos los participantes en el proyecto en esos locos que se suben a un escenario que se transforma en universal por el arte. El artículo acaba con una palabras de Graves:

"I have never wanted to be anything else other than an actor, director and writer. I still wake up almost every morning and wonder why everyone does not want to do this kind of work, to live a life in the theater."*


Nadie mejor que un actor, un hombre que puede ser todos los hombres sobre un escenario, para entender la globalización cultural y transmitirla como locura, como pasión sobre unas tablas. En el Gran Teatro del Mundo, en cada rincón, se escenifican cada día la comedia y la tragedia universales de nuestras incomprensibles vidas; en el teatro las entendemos y lloramos y reímos. El "sueño imposible", del hombre de La Mancha, se hace realidad. En Beijing, un loco rodeado de locos trata de contagiar a sus espectadores. Bendita locura la que nos hace entendernos.

And the world will be better for this
That one man, scorned and covered with scars
Still strove with his last ounce of courage
To reach the unreachable star.
("The Impossible Dream", de Man of La Mancha / música de Mitch Leigh y letra de Joe Darion 1972)


* "Men of La Mancha" China Daily 30/10/2012 http://www.chinadaily.com.cn/life/2012-10/30/content_15855758.htm
** "A Graves man" Global Times 30/6/2011 http://www.globaltimes.cn/NEWS/tabid/99/ID/664054/A-Graves-man.aspx

Adaptación de "Un cuento de Navidad", de Charles Dickens
Difusión de Shakespeare


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