viernes, 17 de agosto de 2012

Un hombre bien informado

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Me imagino que cuando Julian Assange extendió el plano de Londres y contempló las posibles embajadas en las que podría refugiarse, se le pasaron muchas cosas por la cabeza. La primera de ellas, el grado de compromiso que podía esperar del país elegido. La segunda, el nivel del espectáculo que podía esperarse de la manipulación de su caso por parte de los receptores. Todo el mundo cobra por el servicio y Assange debió elegir cuidadosamente un país que no provocara demasiado a Gran Bretaña y que le interesara adquirir el protagonismo suficiente como para estar rodeado de micrófonos y cámaras una temporada. Ni un país que se achante, ni un país que provoque. Y más que elegir un país, se trataba de elegir un dirigente con afán de protagonismo, que disfrutara sin excesos con la caja de lápices y la pared en blanco que le iba a poner en bandeja con su caso. Assange es un jugador de ajedrez, un estratega inteligente que ha sabido crearse su propia figura ante la opinión pública. Sabía que la elección tenía que ser muy meditada. Y necesitaba información; no se puede tomar la decisión adecuada sin información. Ir a ciegas es una locura. Él lo sabe mejor que nadie.


En su ir tanchado poco a poco de los nombres de la lista —excluida toda Europa, poco seguras Asia y África—, solo le quedaban los tres o cuatro candidatos obvios en América del Sur; países que se lleven lo bastante mal con Estados Unidos como para acogerle, pero no lo suficiente mal como para provocarles. No eligió a Rafael Correa en vano. ¿Acertó?

Seguro que los que le asesoran en español —su abogado estrella es Baltasar Garzón— conocedores de los gobiernos de la zona, pensaron que Correa era más recomendable que algunos otros que podrían ser menos cautos y chafar el asunto con Gran Bretaña, por conflictos ya abiertos —como Argentina, en contencioso permanente con Reino Unido, en cuyo caso llovería sobre mojado— o con ganas de abrirlos a la menor ocasión, como es el caso de Chávez, en Venezuela, al que le hubiera encantado abrazar a Assange en la escalerilla de un avión en Caracas y cantar con él boleros.
La elección de Rafael Correa parecía la más adecuada: un país que no tiene grandes intereses ni conflictos con Reino Unido, cuyo presidente desea el protagonismo necesario para mantener su imagen ante su país como un adalid de los derechos humanos —de los que le importan casi todos menos el de expresión, a la vista de cómo tiene a la prensa allí— y, de paso, en el exterior.

Lo que no podían esperarse Julian Assange y supongo que Baltasar Garzón es el despropósito político jurídico en el que se basa la aceptación del asilo, una chapuza de tal calibre que no resiste la lectura sin llegar a la mitad con una sonrisa. Expresiones como "no es inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante" (punto 6), "existen serios indicios de retaliación [venganza] por parte del país o los países" (6), "existe la certeza de las autoridades ecuatorianas de que es factible la extradición del señor Assange a un tercer país" (punto 5), "al tenor de varias declaraciones públicas y comunicaciones diplomáticas realizadas por funcionarios de Gran Bretaña, Suecia y Estados Unidos de América, se infiere que dichos gobiernos no respetarían las convenciones y tratados internacionales" (punto 10)... Un exceso jurídico y diplomático en toda regla.



Pero lo que supone un sarcasmo auténtico son los primeros puntos en los que se realiza una alabanza de Julian Assange como defensor de la libertad de expresión a cargo de uno de los políticos mundiales más denunciados por atacar a la prensa y por reducir los periódicos que le critican a través de la presión de la justicia: " Julian Assange es un profesional de la comunicación galardonado internacionalmente por su lucha a favor de la libertad de expresión, la libertad de prensa y de los derechos humanos en general ". Puede que lo sea, sin duda. Pero quien no lo es, desde luego, es Rafael Correa, el hombre al que le gusta romper periódicos públicamente en sus mítines. Espero que a Julian Assange no se le ocurra nunca revelar documentos secretos de Ecuador, por la cuenta que le trae.



En mayo, en el Día Internacional de la Libertad de Prensa, la ONG ecuatoriana Fundamedios denunciaba 156 agresiones a la libertad de expresión en 2011 y 53 en 2012. Ecuador, decían "es el país donde más aceleradamente se están deteriorando las condiciones para ejercer la libertad de expresión"*, según recogió el diario La Prensa de Nicaragua. Es demasiado lavado de imagen, desde luego. Puede que quien informó a Assange sobre dónde pedir asilo, no sepa muy bien dónde le mandó. O sí.

Se concluye el escrito justificatorio con la aplicación al caso de todos los tratados habidos y por haber al respecto:

Todas estas modalidades de asilo y de protección internacional están justificadas por la necesidad de proteger a esta persona de una eventual persecución política, o de una posible imputación de delitos políticos y/o delitos conexos a estos últimos, lo cual, a juicio del Ecuador, no solamente pondría en peligro al señor Assange, sino que además representaría una grave injusticia cometida en su contra.*

Esperemos que los asesores de Assange hayan elegido bien. Debería recordarse el papel que Gran Bretaña —y Baltasar Garzón— jugó en la detención y retención de Augusto Pinochet en Londres y que permitió el despegue de la hasta el momento tutelada democracia chilena. Entonces Reino Unido era la democracia para Garzón y Chile, con su senador Pinochet, la dictadura. El escrito del gobierno ecuatoriano convierte en dictaduras de las que huir a Estados Unidos, Gran Bretaña, Suecia y, con ellos por extensión, la Unión Europea al completo.

Cameron es muy suyo y ha amenazado con invadir la sede diplomática. A David Cameron, por decirlo así, le va la marcha. Ya lo ha demostrado. En plena forma tras el entrenamiento olímpico, un reto de este tipo puede motivarle más de la cuenta. Un choque Cameron-Correa puede ser demasiado para la diplomacia, el derecho y el sentido común. Si Cameron entra al trapo e invade la embajada, está invalidando el asilo internacional para muchos otros casos en los que los perseguidos sí se juegan realmente la vida y no caen, como ahora, en las "terribles y corruptas garras" de los jueces suecos.
Desconozco si las acusadoras de Julian Assange mienten o no. Que no quiera ser juzgado por las filtraciones en Estados Unidos, lo puede entender cualquiera. Que no quiera ser juzgado en Suecia, es mucho más dudoso. Y que no quiera ser juzgado, a secas, sospechoso, aunque humano. Ponerse a dudar del sistema sueco de justicia es un despropósito absoluto. Y que lo haga un Rafael Correa, por escrito, más todavía. Suecia es un país absolutamente democrático, independiente y soberano, un estado de derecho, que ha acogido y acoge miles de perseguidos políticos cada año de todos los países, entre ellos una gran cantidad de latinoamericanos, incluidos los que ahora les ofenden. Insultarlos no tiene sentido y es lo que han hecho.


Acusar a la fiscalía, al sistema judicial sueco en su conjunto, de conspiraciones contra Julian Assange es dejarse llevar por la paranoia y la demagogia y, lo peor de todo, arrastrar a un país como Ecuador —que no se lo merece— al ridículo y a un conflicto del que no va a sacar absolutamente nada más que las ovaciones y aplausos de algunos países de la zona, que se jalean entre ellos, pero que respiran tranquilos porque no les ha caído el muerto del asilo de Assange en sus embajadas.

Un repaso por la prensa ecuatoriana nos muestra que, una vez más, Correa ha conseguido dividir a sus ciudadanos entre los que opinan que ya tienen bastantes problemas como para que su presidente les meta en otros que ni les van ni les vienen, que solo tendrán consecuencias negativas, mientras que otros sacan pecho desafiando a las grandes potencias. La mención del anti-USA, del colonialismo, etc. es siempre una baza segura. Ahora toca ser anti suecos.
El caso corre el riesgo de convertirse en un spin off del serial WikiLeaks, con Rafael Correa como protagonista, robándole las escenas a Assange, y los cameos de algunos dirigentes en los capítulos sucesivos. Por ahora, el "piloto" no está mal. Veremos cómo van las audiencias y cuántas temporadas dura.


* "ONG denuncia 156 agresiones contra la prensa de Ecuador durante 2011" La Prensa (Nicaragua) 3/05/2012 http://www.laprensa.com.ni/2012/05/03/planeta/100203/imprimir
** http://www.elcomercio.com/politica/Declaracion-Gobierno-Republica-Ecuador-Assange_ECMFIL20120816_0001.pdf

Anexo: Los once puntos de la declaración oficial de Ecuador para conceder el asilo de Julian Assange.
1. Que Julian Assange es un profesional de la comunicación galardonado internacionalmente por su lucha a favor de la libertad de expresión, la libertad de prensa y de los derechos humanos en general; 
2. Que el señor Assange compartió con el público global información documental privilegiada que fue generada por diversas fuentes, y que afectó a funcionarios, países y organizaciones; 
3. Que existen serios indicios de retaliación por parte del país o los países que produjeron la información divulgada por el señor Assange, represalia que puede poner en riesgo su seguridad, integridad, e incluso su vida;
4. Que, a pesar de las gestiones diplomáticas realizadas por el Estado ecuatoriano, los países de los cuales se han requerido garantías suficientes para proteger la seguridad y la vida del señor Assange, se han negado a facilitarlas;
5. Que, existe la certeza de las autoridades ecuatorianas de que es factible la extradición del señor Assange a un tercer país fuera de la Unión Europea sin las debidas garantías para su seguridad e integridad personal;
6. Que la evidencia jurídica muestra claramente que, de darse una extradición a los Estados Unidos de América, el señor Assange no tendría un juicio justo, podría ser juzgado por tribunales especiales o militares, y no es inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante, y se le condene a cadena perpetua o a la pena capital, con lo cual no serían respetados sus derechos humanos; 
7. Que, si bien el señor Assange debe responder por la investigación abierta en Suecia, el Ecuador está consciente que la fiscalía sueca ha tenido una actitud contradictoria que impidió al señor Assange el total ejercicio del legítimo derecho a la defensa;
8. Que el Ecuador está convencido de que se han menoscabado los derechos procesales del señor Assange durante dicha investigación;
9. Que el Ecuador ha constatado que el señor Assange se encuentra sin la debida protección y auxilio que debía recibir de parte del Estado del cual es ciudadano;
10. Que, al tenor de varias declaraciones públicas y comunicaciones diplomáticas realizadas por funcionarios de Gran Bretaña, Suecia y Estados Unidos de América, se infiere que dichos gobiernos no respetarían las convenciones y tratados internacionales, y darían prioridad a leyes internas de jerarquía secundaria, contraviniendo normas expresas de aplicación universal; y,
11. Que, si el señor Assange es reducido a prisión preventiva en Suecia (tal y como es costumbre en este país), se iniciaría una cadena de sucesos que impediría que se tomen medidas de protección ulterior para evitar la posible extradición a un tercer país.

Fuente: http://www.elcomercio.com/politica/Declaracion-Gobierno-Republica-Ecuador-Assange_ECMFIL20120816_0001.pdf




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