jueves, 19 de julio de 2012

Los planes

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
George Zimmerman, el "patrullador" hispano que causó la muerte del joven Trayvon Martin de un disparo porque le parecía "sospechoso", ha concedido su primera entrevista. Lo ha hecho en la Fox y acompañado de su abogado. Se ha disculpado; lamenta el dolor que le ha causado a los padres de Trayvon. Sigue defendiendo que actuó correctamente, que es lo que uno debe decir en  presencia de su abogado cuando te juegas lo que te juegas. No sé si Zimmerman volverá a causar otra vez la oleada de indignación que el caso provocó, que se tradujo en diversas "marchas de las capuchas" por todo Estados Unidos. Pero la versión de que él se sintió en peligro y eso justifica la muerte de otro, es un principio "legal" que necesita revisión. Es el fondo general del debate: el derecho a decidir por tu cuenta si los otros son peligrosos. En el fondo, tiene fuertes resonancias —una versión en miniatura— del problema de los "ataques preventivos".



El señor Zimmerman tiene su propia teoría: “It was all God’s plan, and for me to second guess it or judge it”.* Es lo que podríamos llamar la "teoría final", el "plan de Dios". Ni preguntas ni juicios; solo aceptación sumisa de lo que ocurre, aunque seas tú quien lo cause. Es la conexión abrahámica.
Según esa "teoría", el señor Zimmerman no debería "arrepentirse" de haber causado dolor a los padres de Trayvon Martin; todo formaría parte del mismo plan. Al contrario, debería felicitarles. Pero los padres no lo ven así. Ven que los planes del señor Zimmerman interfieren con los planes que ellos tenían para su hijo y los planes que su hijo tenía para su propio futuro. Aunque tener planes, en la mentalidad de Zimmerman, es irreverente y hasta herético. Comienzas haciendo planes por tu cuenta y acabas creyendo que eres tú el que aprieta el gatillo; todos los males comienzan siempre por la soberbia. Él es humilde y lo acepta.


George Zimmerman tendrá que enfrentarse a los planes de los doce miembros de un jurado. Tendrá que convencerles de que también  ellos son "piezas" del plan, que sus planes particulares son subalternos al suyo, y deberán confirmarlo con un veredicto de inocencia. Su abogado tendrá que asegurarse de que los jurados seleccionados sean capaces de creer en los planes generales. Habrá algunos que quizá piensen que están allí por el azar de un sorteo. A esos habrá que descartarlos en la selección.

Señala The New York Times —que recoge la entrevista de la Fox— que el vigilante no cree que sospechara de Trayvon Martin porque fuera joven, negro y llevara capucha. “I am not a racist, and I am not a murderer"*, le ha dicho al entrevistador. Y espera que esa sea la conclusión del jurado que le juzgue.
"Racista" y "asesino" son dos calificativos que se complican tremendamente cuando se traducen a términos sociales: "perfil racial" y "autodefensa", las dos cuestiones que el caso pone sobre el tapete y que no afectan solo al Estado de Florida. Una vez que se ha decidido que usar "perfiles raciales" no es "racismo" y que la "autodefensa" es un derecho constitucional aunque seas tú el que persigas a la víctima, las cosas se complican un poco y la sociedad que lo consiente es la que queda en evidencia. Y entonces hay que recurrir a los "planes".
Es curioso que en los "planes divinos" diseñados para la defensa de George Zimmerman, las dos teorías sean tan materialistas. Lo es la creencia en que el aspecto determina el comportamiento, algo que se desestimó hace mucho tiempo recusando la "fisiognomía", la "frenología", etc. y mandándolas a la papelera de las pseudociencias. El espiritual Zimmerman ha resultado ser discípulo de Cesare Lombroso, autor de L'uomo delinquente, el estudioso que establecía vínculos entre narices, cejas, mandíbulas y cualquier otro rasgo físico con el crimen. El positivismo criminológico de Lombroso quedó olvidado, aunque para algunos sigue vivo.


Materialista, puro biologismo, es también la doctrina que le hacía patrullar para mantener su territorio limpio de posibles agresores de caras e intenciones amenazantes. La denominada "state’s stand-your-ground self-defense law", admitida en Florida, hizo que no fuera detenido inmediatamente después de la muerte del joven Martin, lo que causó escándalo e indignación. Para Zimmerman, la "state’s stand-your-ground self-defense law" es como la letra pequeña del "no matarás". Sus planes son personalizados.

La teoría final, los planes de Dios, son una ofensa a la inteligencia, incluso a la divina. Que Zimmerman haya traducido todos sus miedos, fobias y prejuicios personales y sociales a planes, no deja de advertirnos de los peligros que esa visión de uno mismo y del funcionamiento del mundo tiene para los demás.
Y es que el mundo se está llenando de humildes, de personas incapaces de escuchar, atender o cualquier otra circunstancia que les haga alejarse un milímetro tan solo de los planes que Dios tiene para ellos. Hay "planes" políticos, bélicos, económicos, educativos..., todo tipo de planes inamovibles porque el dogmatismo creciente así lo requiere. El recurso a la inevitabilidad se está haciendo inevitable.
El mundo necesita razones y dudas: razones que los demás entiendan, dudas que nos obliguen a repensar las cosas y sopesar los males para evitárselos a los demás. Sobra soberbia disfrazada de inevitabilidad.
Si escucha "voces", por favor, vaya al psicólogo. Es un plan razonable.

* "Zimmerman Says He Doesn’t Regret Actions in Shooting" The New York Times 10/07/2012 http://www.nytimes.com/2012/07/19/us/zimmerman-says-no-regret-for-actions-in-trayvon-martin-shooting.html?hp





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