Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El diario El Mundo
se hace eco en portada digital* de algo que llama la atención, que científicos de la
Universidad de Cambridge hayan publicado en Physical
Review Letters, de la American
Physical Society (APS), un artículo sobre el comportamiento del cabello en coletas
y colas de caballo. Dicen los
científicos en el abstract de su
trabajo:
[…] we identify the balance of forces in
various regions of the ponytail, extract a remarkably simple equation of state
from laboratory measurements of human ponytails, and relate the pressure to the
measured random curvatures of individual hairs.**
Hay muchas formas de mirar el mundo y también hay muchas
cosas que mirar. Los poetas tienen que luchar por salirse de los tópicos con
los que la tradición les oprime y llegar encontrar poetizable cualquier parcela de la realidad. Con los científicos
ocurre igual. Tienen que buscar parcelas de la realidad que se escapen a los
tópicos, como ocurre con el comportamiento, individual y colectivo, de los
pelos en una coleta, elevados ahora al rango de "objeto de estudio".
Es cierto —algo que el diario no recoge— que la
investigación no es fruto ni del azar ni de la excentricidad, sino del trabajo
conjunto con el departamento de I+D de Unilever, la multinacional angloholandesa
que cuenta entre sus empresas marcas como Sunsilk y que integró en 2009 la
compañía de cuidado del cabello TIGI, con un paquete de productos importantes.
Estudiar el comportamiento de los cabellos, conocer su física, su mecánica, cómo responde a las
presiones, etc., no responde a un deseo espontáneo, a un impulso u ocurrencia,
sino al trabajo conjunto de los matemáticos y físicos universitarios con los
investigadores del comportamiento capilar. Ya sea que a los de Unilever se les
ocurrió buscar a los físicos de Cambridge o que a los físicos de Cambridge se les ocurrió ofrecer a la
multinacional sus servicios, nos muestran el funcionamiento real del I+D y para
qué necesita un país físicos y matemáticos.
Esas investigaciones son las que marcan la diferencia y
convierte a una multinacional en lo que es, una empresa de éxito. La diferencia
con el modelo español, cada vez más reducido en la financiación de las
investigaciones y con unas empresas que apenas invierten en I+D. Son muchas las
voces, incluso, que critican que a lo que aquí llamamos “I+D”, no es ni “I” ni “D”,
sino una forma elegante de contabilizar otro tipo de acciones.
Que no crea nadie que trabajar con “coletas” es rebajar la Física o humillar las Matemáticas. Todo lo contrario. Es seguir utilizando esas
herramientas para describir el comportamiento de la materia en otra de sus
formas, bajo diversas variables.
A general continuum theory for the distribution
of hairs in a bundle is developed, treating individual fibers as elastic
filaments with random intrinsic curvatures. Applying this formalism to the
iconic problem of the ponytail, the combined effects of bending elasticity,
gravity, and orientational disorder are recast as a differential equation for
the envelope of the bundle, in which the compressibility enters through an
“equation of state".**
Donde digo “pelos” ahora veo “fibras”, “filamentos elásticos”
cuyo comportamiento puedo comprender y describir matemáticamente. Así se
establece la doble mirada: la del teórico que se abstrae de que se encuentra
ante un “cabello” y acaba teniendo ante él una ecuación matemática que describe
su comportamiento, y la del investigador de la empresa, para quien esa fórmula
matemática es una manera de mejorar su conocimiento del objeto que recibirá su producto
de cuidado capilar.
Hay países que se quedan en las peluquerías como negocio floreciente. Otros, en cambio, van más allá y nos suministran, embotellados, los resultados del trabajo de sus investigadores, físicos y matemáticos. Investigar resulta rentable.
** "Shape of a Ponytail and the Statistical Physics of Hair Fiber Bundles". Phys. Rev. Lett. 108, 078101 (2012) [4 pages] http://prl.aps.org/abstract/PRL/v108/i7/e078101
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