miércoles, 29 de febrero de 2012

Patria, padre, santo patrón

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La imagen de un Hugo Chávez situado junto a Simón Bolívar y Cristo con la que El País* nos sorprende hoy es profundamente reveladora de la situación de Venezuela y, más allá, de una forma de entender y hacer la política.
El encadenamiento de “liberadores” y “salvadores”  religiosos y políticos nos muestra el carácter mesiánico adoptado por Chávez en su propia persona. La exaltación constante de la  figura de Simón Bolívar no era más que una forma de exaltar la suya. En su peculiar síntesis política y religiosa, Chávez es la última figura enviada a la Tierra por la Divinidad: Cristo, Bolívar y él. Hugo Chávez ha conseguido convertirse en una figura cuya aparición no es fruto de la decisión de un pueblo, sino de la Historia misma, una Historia con un sentido transcendental de liberación cuyo final es él. Religión y política coinciden en su persona, Bolívar, Marx y los evangelios, todo apunta hacia él.


Desde el punto de vista político, la justificación de su presencia en la tierra es la liberación de los pueblos americanos y, como el fundamentalismo que trata de reconquistar los imperios perdidos, Chávez tiene en mente la “patria americana” que su doctrina bolivarista anhela. Para Chávez, como para cualquier profeta, las fronteras no son más que absurdos obstáculos terrenales a la misión divina encomendada.

Cómo los delirios personales se convierten en obsesión colectiva es uno de los grandes misterios sociales. La sintonía con Muamar El Gadafi no era casual, pues obedecen a un mismo patrón psíquico y político, el deseo de poder y adoración. Hay mesías discretos y los hay exhibicionistas. Los mesías políticos necesitan del amor y del temor intensos, necesitan la conexión sentimental con sus pueblos. Por eso la enfermedad que le aqueja es ocasión de vínculo y exaltada como una forma de demostrar al mundo que está por encima de él. La leyenda que corona el mural reza: “¡He resucitado! Patria, Socialismo o Muerte. Venceremos”. Increíble síntesis de las tres figuras en un enunciado. Tres personas y un solo mensaje.
La trinidad chavista —Cristo, Bolívar, Chávez— busca convertir su propia enfermedad en Calvario en prueba de la excepcionalidad del mandatario, ya sea venciendo a la muerte, ya sea legando el ejemplo del martirio en el que se convierten sus sufrimientos. La enfermedad es prueba, sufrimiento por la causa. Los autores del mural traducen en imagen el sentimiento mesiánico y salvífico de su figura. ¡He resucitado!


Esta forma de hacer política aleja de una sociedad madura. Este tipo de socialismo envuelto en mesianismo, en autoritarismo porque quienes se oponen a él o a sus ideas van en contra de la Divinidad, es puro fundamentalismo emocional, lo último en que debe convertirse un sistema político, en la apelación constante a la irracionalidad como motor de las acciones. Un sistema así no busca el crecimiento de un pueblo sino su sumisión emocional y primaria a una figura que se presenta como el “padrecito” de la patria, como el enviado en cuyas manos está el destino depositado. Patria, padre, santo patrón.

Hace unos días criticábamos aquí los “desayunos” de Rick Santorum con Dios como una forma de manipulación mesiánica intolerable por degradante en un sistema democrático. Chávez va más allá y se convierte en el intérprete y depositario del cristianismo y del bolivarismo, que no son más que versiones temporales, a su juicio, del mismo mensaje que él aplica hoy al país. Mezcla de cuartel y monasterio, Venezuela vive la exaltación de esta figura sin límites en sus planes, sin fronteras en sus intrigas, sin pudor en su narcisismo. 
En las sociedades autoritarias, los retratos de sus presidentes salen de los despachos oficiales e inundan las calles mirando a sus ciudadanos  como santos patronos a los que hay que reverenciar y cuya mirada está fija en ti en todo momento. Presencia obsesiva, logran así la omnipresencia divina a través del mural y del cartel.
La fractura mental que ha producido en la sociedad es grande porque no hay término medio. No existe más que conmigo o contra mí.

* "Chávez supera una tercera operación en Cuba y está en "buena condición física"" El País 28/02/2012 http://internacional.elpais.com/internacional/2012/02/28/actualidad/1330458392_048833.html




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