miércoles, 17 de agosto de 2011

La cordada del euro o qué hay que hacer para no acabar todos en el fondo del barranco

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Las cosas se pueden explicar de muchas maneras y entender de otras tantas, pero lo que hay es lo que hay. La solución a Europa, nos dicen, pasa por la medicina preventiva. Lo que han venido a decir las dos potencias económicas que pueden ser llamadas así sin sonrojo es que Europa no puede estar permanentemente rescatando a la gente por dos motivos. El primero y más importante porque Europa no existe, sino que es un ejercicio retórico en el que se toma la parte por el todo. Y en segundo lugar, porque no puede haber una moneda común con economías diferentes o, al menos, muy diferentes.
El hecho de que se pase de multitudinarias reuniones políticas a reuniones realistas en su número, Alemania y Francia, no es más que la constatación de la ficcionalidad económica de Europa. A esta ficcionalidad habría que añadir también su ingenuidad: pensar en que es posible mantener la ficción mucho tiempo. Esos eufemismos que se ha utilizado habitualmente de las “dos velocidades”, pasan a ser algo más cuando, además de ir a distinta velocidad, cada uno se dirige hacia un punto. El problema deja de ser de velocidades y se complica.
Pero el problema grave es cómo pueden compaginarse economías que compiten entre ellas, es decir, con intereses muchas veces contrapuestos, con una sola moneda. La tesis de que Alemania tenía mucho que ver en la situación del resto de Europa ha sido mantenida en Francia y no es casual que fuera allí. Alemania produce para todos y por todos. Hay un desfase importante en su capacidad productiva y la del resto. Alemania es el motor europeo cuando consume lo que otros producen, pero es un problema europeo cuando produce y los demás consumen. La economía alemana se ralentiza no porque no produzcan, sino porque nosotros ya no podemos consumir lo que ellos producen. Alemania se paraliza porque los europeos ya no tenemos para consumir. Ni tan siquiera lo que producimos de lo que los alemanes nos dejan.

Cuando en un grupo uno de los integrantes tiene un crecimiento mucho más fuerte que el resto, hablar de grupo pasa a ser una ficción, porque lo único que ha descubierto la naturaleza para estos casos es la escisión o el parasitismo. O te haces un nuevo organismo de tal manera que puedas competir por los recursos o vives de los recursos ajenos. Por decirlo más gráficamente: no se puede jugar un partido de tenis con los dos jugadores en el mismo lado del campo. Lo sensato, si no quieren perjudicarse, es elegir otro tipo de juego que les permita convivir sin raquetazos. Los alemanes empiezan a tener la sensación de que ellos alquilan la pista, ponen las pelotas y llevan las raquetas y el agua. Y no están dispuestos.
Alemanes y franceses no pueden destinar sus ganancias a financiar a sus compradores para que les compren permanentemente. Esta perversión del mercado es la que, me imagino, no acaba de convencer a los denominados inversores porque saben—creo que cualquiera lo puede entender— esa solución no puede ser crónica. Los “eurobonos” tampoco le parecen una solución sensata a los alemanes, y probablemente sea lo correcto desde su perspectiva. Es asumir demasiado riesgo. La llamada “estabilidad de la zona euro” solo se puede conseguir con cierta paridad que la crisis económica no ha hecho más que destruir. Ha estallado cuando, como consecuencia de otra crisis mayor, los que estaban mejor preparados han sobrevivido y los que peor estaban, se han hundido. Lo malo es que al estar unidos en la “cordada” del euro, todos nos caemos por el barranco. Se trata pues de evitar acabar todo en el fondo y sin tener que cortar la cuerda.
La solución, al menos a esto: la imposición de un control político del gasto que no lo parezca. Los papás Alemania y Francia supervisarán lo que sus hijos europeos se pueden gastar en chuches de la paga semanal. La conclusión es lógica: si estamos todos en la cordada del euro, la única forma de pasar la montaña es con los montañeros expertos uno delante y otro detrás, vigilando que ninguno arrastre a los demás al fondo con sus comportamientos negativos.

Crear un consejo supraestatal de la economía limitará muchas de las demagogias y alegrías presupuestarias con las que los gobiernos se ganan los votos en las urnas nacionales. El fijar un techo de gasto determinado significa: puedes seguir haciendo el idiota y prometiendo cosas que no puedes cumplir a tus votantes, pero hasta la cantidad que los demás te indiquemos. Así solo tus votantes sufrirán las consecuencias de tus alegrías y no el resto de Europa. El euro ha servido de tapadera para muchas ineptitudes. Los europeos —los que estamos en el pelotón de los torpes— debemos asumir con una sonrisa e interpretaciones políticas generosas que no dañen nuestra autoestima— que no somos capaces de mantener nuestras economías. Al menos mientras sigamos haciendo lo que hacemos, endeudarnos sin crecer La sombra de Alemania y Francia es grande, pero no cabemos todos debajo del árbol.

Alemania ha enfrentado sus problemas haciendo llamamientos a ingenieros del todo el mundo, incluidos los españoles, para que se vayan allí a trabajar. Alemania siempre soluciona sus problemas produciendo (es parte del ser alemán). Según ellos,  necesitan trabajadores cualificados para poder crecer. Pero para el crecimiento no es suficiente tener capacidad productiva, sino que los demás deben tener capacidad adquisitiva. Si no les compramos porque no tenemos dinero, no servirá de mucho seguir creciendo. Siempre podremos vender a las nuevas clases medias de los países emergentes, refugio de nuestras empresas de lujo, pero son emergentes porque producen barato y compiten con Alemania, entre otros. Debemos elegir, según parece, entre tener un problema a la americana u otro a la europea. Da la impresión que no va a ser fácil que todos crezcan y vendan. Algunos tendrán que comprar.



1 comentario:

  1. ¿como se solucionan los desequilibrios económicos? sean entre países, entre grupos, o entre comunidades, o entre estados federales ? Como los soluciona USA ? Con acuerdos, con convergencia, con normas fiscales...Creo que el primer fallo a solucionar es institucional,el segundo económico (mas inversión a paises con déficit) y tercero financiero (control presupuestario) Los PIIGS tiene un excesivo endeudamiento, privado y cada dia mas público, al que no pueden hacerle frente. ¿como se pueden desapalancar los PIGs de forma no traumatica? sin entrar en recesión, seguramente alargando plazos e invirtiendo con nuevas industrias de paises con superavit en dichos paises

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